Downton Abbey (2019)

“Downton Abbey” no es solo una película; es un retorno cuidadosamente orquestado al universo que enamoró a millones en la televisión. La película, que extiende las narrativas de la serie, se siente casi como un episodio excepcionalmente largo, manteniendo la atmósfera de refinamiento y drama social que la serie hizo tan memorable. La dirección de Simon Curtis es sutil pero magistral, logrando crear una sensación de elegancia y opulencia que es, a la vez, embriagadora y un tanto sofocante. Curtis sabe cómo usar el espacio, cómo emplazar a los personajes y cómo, con una paleta de colores cuidadosamente seleccionada, transmite el peso de la época y las expectativas sociales de la época.

El guion, adaptado de los episodios de la sexta y séptima temporada de la serie, se centra principalmente en el matrimonio de Lady Edith y Sir Robert y, más adelante, en el compromiso de Sybil con el capitán Dawson. Si bien estas tramas son familiares para los seguidores de la serie, la película las desarrolla con una profundidad y un realismo emocional que superan con creces lo visto en el formato televisivo. Se exploran las complejidades de las relaciones familiares, los secretos del pasado y las decisiones difíciles que deben tomar los personajes en un momento de gran cambio. No se apoya en melodramas baratos, sino en la observación precisa de las dinámicas humanas.

El reparto, naturalmente, es uno de los puntos fuertes de la película. Michelle Dockery, como Lady Mary, ofrece una interpretación más madura y compleja de su personaje, mostrando sus vulnerabilidades y sus decisiones, a menudo controvertidas. Laura Carmichael como la conmovedora y obstinada Violet, la condesa, continúa siendo una fuerza impredecible, aunque su personaje experimenta una evolución notable. El resto del elenco, incluyendo Jim Broadbent como el leal Alfred y Peter Egan como el excéntrico y cariñoso, también brillan, aportando matices a las historias. Las actuaciones son honestas y convincentes, especialmente considerando las limitaciones de una adaptación cinematográfica.

Sin embargo, la película no está exenta de defectos. A pesar de su gran duración, el ritmo a veces se vuelve un poco irregular. Algunos momentos se alargan innecesariamente, mientras que otros, cruciales para el desarrollo de la trama, se sienten apresurados. Además, al ser una continuación de una serie, puede que resulte menos satisfactoria para aquellos que no están familiarizados con la historia de los personajes, aunque el material de la serie proporciona una buena base para la comprensión.

En definitiva, “Downton Abbey” es una experiencia cinematográfica lujosa y emotiva, que honra el legado de la serie y ofrece una visión íntima de la vida en la alta sociedad inglesa en los años 20. Es una película que te hará reflexionar sobre las estructuras sociales, el amor, la pérdida y el peso del pasado. Una adaptación elegante y, en su mayoría, exitosa de un universo que sigue fascinando.

Nota: 7.5/10