Dr. Dolittle 2 (2001)

“Dr. Dolittle 2” es, en esencia, un ejercicio de nostalgia infantil elevado a la enésima potencia. La película, a pesar de sus evidentes intenciones de regocijo y diversión familiar, termina encontrándose con una amalgama de elementos predecibles y diálogos inverosímiles que dificultan su disfrute real. La dirección de Robert F. Schwartzkopf Jr. no ofrece una originalidad sorprendente; se limita a replicar fórmulas probadas en películas similares del género, apostando por un enfoque visualmente agradable pero sin aportar nada nuevo a la propuesta. Las escenas en el bosque, con sus animales parlantes y la necesidad de salvar el hábitat, son visualmente atractivas, ofreciendo momentos de genuino encanto para los más pequeños. Sin embargo, la ejecución carece de la magia que se esperaría de un film centrado en la comunicación inter-especie.

La película se apoya en gran medida en las actuaciones de Eddie Murphy, que, como siempre, aporta su innegable carisma. Murphy, en el papel de Dolittle, se desvive en el cómico, haciendo gala de su habilidad para integrar el humor físico y verbal en la trama. Sin embargo, a pesar de sus esfuerzos, el personaje de Dolittle se siente a menudo caricaturesco y carente de profundidad. Su relación con sus hijas, Claire y Lily, aunque intentando humanizar su figura, no consigue generar una conexión emocional convincente. Las actuaciones secundarias, especialmente la de Cole Sprouse como su hijo, Ethan, muestran un potencial subutilizado. La actriz Kristen Bell, interpretando a veterinaria y futura esposa de Dolittle, aporta un toque de sofisticación a la dinámica familiar, pero su personaje queda relegado a un papel más secundario.

El guion es, sin duda, el punto más débil de la película. Los diálogos son a menudo torpes y expositivos, con un exceso de explicaciones que restan credibilidad a la trama. El antagonista, interpretado por Shirley Curry, carece de motivación y su amenaza es puramente superficial. La trama, centrada en la protección de un bosque, es predecible y carece de un conflicto central convincente. Se intuye la intención de abordar temas de conservación y responsabilidad medioambiental, pero estos se introducen de forma diluida y sin una reflexión profunda. Se intenta insertar un mensaje positivo, pero el resultado es una moralizante simplista que no convence. El ritmo es desigual, con momentos de acción aburridos intercalados con escenas cómicas que, aunque entretenidas, no logran mantener el interés del espectador durante todo el metraje.

En definitiva, “Dr. Dolittle 2” es una película superficial, llena de clichés y con un guion decepcionante. Aunque ofrece momentos de entretenimiento para el público más joven, su falta de originalidad y su tratamiento superficial de temas importantes la convierten en una experiencia cinematográfica olvidable. Se intenta ser una comedia familiar, pero termina siendo más un simple espectáculo para niños que intenta, sin éxito, conectar con el espectador adulto. La película no aspira a ser una obra maestra, y en ese sentido, quizás cumpla su cometido, pero en términos de calidad cinematográfica, resulta decepcionante.

Nota: 5/10