Dragon Ball Z: ¡Fusión! (1995)
(JA) · Animación, Acción, Fantasía, Ciencia ficción · 50m

Dónde ver Dragon Ball Z: ¡Fusión!
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Sinopsis
En el "Otro mundo", un pequeño error provoca la aparición de un poderoso monstruo llamado Janemba, que ha sido creado con toda la maldad de los habitantes del Infierno. Para derrotarlo, a Vegeta y a Goku no les queda otro remedio que fusionarse y convertirse así en el guerrero más fuerte del Universo.
Ficha técnica
Dragon Ball Z: ¡Fusión!
JA
Justin Cook
Reparto principal de Dragon Ball Z: ¡Fusión!
Actores y actrices destacados que dan vida a la historia en Dragon Ball Z: ¡Fusión!.
Críticas de la película
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“Dragon Ball Z: ¡Fusión!” es un espectáculo visualmente deslumbrante, pero un ejercicio notablemente corolario en la saga. La película, que se sitúa temporalmente dentro del arco argumental del “Otro Mundo”, se centra en una amenaza existencial que, si bien no innova en términos de narrativa, obliga a Goku y Vegeta a recurrir a la fusión, la transformación más icónica y poderosa de la franquicia. La urgencia que se siente es real, y eso, paradójicamente, es lo que eleva la película por encima de un simple despliegue de poderío. El antagonista, Janemba, está presente como una fuerza destructiva impersonal, pero su diseño visual es impactante y, sobre todo, su relación con el Infierno aporta una capa de oscuridad que el universo “Dragon Ball Z” necesitaba para elevar la apuesta.
La dirección de Jimbour Wickham es notablemente ambiciosa. La película está repleta de secuencias de acción coreografiadas de manera impecable, con combates que desafían la gravedad y efectos especiales que se aferran a la perfección al estilo visual característico de la serie. Sin embargo, esta atención obsesiva al espectáculo a veces sacrifica la profundidad emocional. El desarrollo de personajes, especialmente el de Vegeta, es superficial. Aunque se intenta mostrar su conflicto interno por su incapacidad para proteger a sus hijos, la película no profundiza lo suficiente en sus motivaciones, dejándolo en un rol demasiado pasivo dentro del conflicto. Su evolución, aunque sutil, se siente apresurada y, en última instancia, algo plana.
Las actuaciones vocales son, como siempre en “Dragon Ball Z”, sólidas. Sean Schemmel como Goku y Christopher Sabat como Vegeta transmiten la intensidad y la determinación necesarias para sus personajes. Sin embargo, la voz de Janemba, por lo general, resulta algo robótica y carente de matiz. La falta de diálogo significativo, en general, es un problema recurrente en estas películas de “Dragon Ball Z”, aunque no disminuye el impacto visual de las batallas. El guion, por su parte, se aferra a clichés y a secuencias previsibles, evitando cualquier tipo de giro argumental inesperado que pudiera aportar frescura.
A pesar de sus fallos, “Dragon Ball Z: ¡Fusión!” ofrece un entretenimiento rápido y lleno de acción, ideal para los fans más acérrimos de la franquicia. El regreso del “Otro Mundo” y la exploración de la fusión son elementos atractivos para aquellos que siguen la saga. No obstante, la película no llega a ser más que una extensión de la acción ya establecida, sin aportar una narrativa significativa o un desarrollo de personajes que la diferencie de los numerosos episodios y películas anteriores. La película se beneficia de un alto presupuesto y de una dirección visual impecable, pero carece de la profundidad emocional y la innovación necesarias para consolidarse como una obra maestra del género shonen. En definitiva, es un buen espectáculo, pero un espectáculo que, quizás, se hubiera beneficiado de un enfoque más introspectivo y un guion más elaborado.
Nota: 6/10