Drumline (2002)

“Drumline” es una película que, a primera vista, podría parecer una mera comedia musical con la energía desbordante del hip-hop. Sin embargo, tras un primer impacto visualmente atractivo, revela ser una historia más profunda sobre la importancia del compromiso, la superación personal y el choque entre tradiciones y modernidad. La película, dirigida con soltura porienten director Bayona, no se limita a los clichés del género, ofreciendo un ritmo y una intensidad que mantienen al espectador enganchado desde la primera nota.

La trama central, centrada en Jamal (Djimon Hounsou), un talentoso baterista de hip-hop de Harlem que se une a la prestigiosa banda de música de la Universidad de Atlanta, está bien construida. La tensión surge naturalmente de la confrontación entre el enfoque tradicional y metódico del director de la banda, el Capitán Traynor (Peter Dinklage), y el estilo más libre y fluido de Jamal. Dinklage, en un papel que tradicionalmente ha evitado, ofrece una actuación magistral, demostrando una increíble capacidad para transmitir tanto la autoridad y la rigidez de un hombre profundamente arraigado en sus principios, como la vulnerabilidad y la necesidad de conexión que impulsa su carácter. La dinámica entre Jamal y Traynor es el corazón de la película y, sin duda, uno de sus puntos más fuertes.

La actuación de Djimon Hounsou es igualmente convincente. Transmite la pasión, la frustración y la determinación de Jamal con una naturalidad que va más allá del simple talento musical. Además, el vestuario y la banda sonora, por supuesto, son elementos cruciales. La película acierta al plasmar el ambiente vibrante y la cultura de Harlem, mientras que la música, en gran medida, compuesta por Terius Nash, se convierte en un personaje más. Las secuencias musicales son explosivas y llenas de energía, y no se limitan a simplemente ilustrar el ritmo de la película; son integrales para la historia.

Sin embargo, la película no está exenta de algunas debilidades. El guion, aunque entretenido, a veces recurre a simplificaciones excesivas y a algunos diálogos forzados. La trama secundaria de los romances es un tanto superficial, y aunque contribuyen al desarrollo de algunos personajes, no añaden profundidad a la historia principal. A pesar de estas pequeñas fallas, “Drumline” logra transmitir un mensaje positivo sobre la importancia del trabajo en equipo, la perseverancia y la aceptación de las diferencias. La película, con su energía contagiosa y sus personajes entrañables, invita a reflexionar sobre la capacidad de cada individuo para alcanzar su máximo potencial, independientemente de sus orígenes o de las convenciones establecidas.

Nota: 7/10