Dua Hati Biru (2024)

“Dua Hati Biru” (Dos Corazones Azules) es un drama familiar que, lejos de intentar ser una declaración de principios, se erige como una observación realista y conmovedora sobre las dificultades inherentes a la reconciliación y la construcción de una nueva normalidad tras una separación prolongada. La película, dirigida por Angga Yunanda, se centra en el complicado proceso de dos ex parejas, Lena y Arya, que se ven obligadas a co-parentar a su hijo de cuatro años, un niño que es el único hilo conductor que les une y que, paradójicamente, también les divide.

La dirección de Yunanda es sutil pero efectiva. No recurre a melodramas baratos ni a sentimentalismos exagerados. En cambio, se concentra en los detalles cotidianos, en los silencios incómodos, en las miradas robadas, en las pequeñas gestas que marcan la lucha por mantener la paz y el bienestar del niño. La atmósfera es melancólica pero no desesperada, transmitiendo una sensación de vulnerabilidad y de la necesidad constante de adaptación. A menudo, la película se beneficia de la ausencia de diálogos grandilocuentes, dejando que las acciones y las expresiones de los actores hablen por sí solas. Este enfoque permite al espectador conectar profundamente con las emociones de los personajes.

Las actuaciones son, sin duda, uno de los puntos fuertes de la película. Angga Yunanda y Aisha Nurra Datau, como Lena y Arya, ofrecen interpretaciones honestas y creíbles. Evitan caer en estereotipos, representando a personajes con complejidades, defectos y deseos. Sus relaciones no son idealizadas; están marcadas por el dolor, la frustración y la incertidumbre. El personaje de Cut Mini, interpretado por Cut Mini, aporta una dosis de humor negro y de cinismo que sirve para contrarrestar, de forma sutil, la atmósfera general de melancolía. Arswendi Nasution, en su papel secundario, complementa la narrativa con una presencia discreta pero esencial, representando la figura del exmarido, cuya presencia, aunque ausente en gran parte, siempre está presente en el corazón de la familia.

El guion, escrito por Angga Yunanda y Adi Meliala, es la verdadera joya de la película. Logra construir una trama realista y sin artificios, centrada en las dinámicas familiares complejas. No busca ofrecer soluciones fáciles ni juicios morales. En cambio, explora las consecuencias emocionales de la separación y la dificultad de reconstruir la confianza. La película no rehuye los momentos incómodos, las discusiones acaloradas y las rupturas emocionales. En lugar de evitar estos conflictos, los presenta como parte inevitable del proceso de adaptación. El guion consigue, con maestría, mostrar la realidad de la crianza compartida y los desafíos que implica para las parejas que intentan superarse. La película, además, plantea preguntas importantes sobre la naturaleza del amor, el perdón y la capacidad de seguir adelante, incluso después de haber sufrido dolorosamente.

Nota: 8/10