Due piccoli italiani (2018)

“Due piccoli italiani” no es una película que te llama la atención desde el principio. Su propuesta, una escapada europea de dos jóvenes italianos, se presenta con una sencillez que podría ser vista como una debilidad. Sin embargo, a medida que avanza, la película revela ser una meditación, aunque imperfecta, sobre la búsqueda de la autenticidad y la importancia de romper con las cadenas de la rutina. La dirección de Nicola Le Donne se basa en una naturalidad que, en lugar de parecer casual, es el resultado de un control preciso y un interés genuino por captar la esencia de los personajes y sus relaciones.

El guion, escrito por Le Donne y Francesco Colella, no se basa en un argumento vertiginoso o en giros inesperados. Su fuerza reside en la construcción de un universo emocional crudo y honesto, donde las dudas, los miedos y las frustraciones de Salvatore (Francesco Colella) y Felice (Paolo Sassanelli) son palpables. El guion explora la dificultad de romper con las expectativas familiares y sociales, la búsqueda de la propia identidad y la valentía necesaria para afrontar el amor. Aunque hay momentos de exageración, la película logra transmitir una sensación de verosimilitud y resonancia, especialmente en la evolución de la relación entre los protagonistas y Anke (Rian Gerritsen), una figura maternal y excéntrica que actúa como catalizador de su transformación. La relación entre Anke y los jóvenes no es simplemente un romance, sino un estudio sobre la generosidad del espíritu y la aceptación incondicional.

Las actuaciones son sobresalientes. Francesco Colella ofrece una interpretación vulnerable y conmovedora de Salvatore, un hombre atrapado en su pasado y que, poco a poco, se atreve a asumir sus deseos. Paolo Sassanelli, por su parte, aporta una frescura y una ingenuidad que contrastan con la complejidad de Salvatore. Rian Gerritsen, como Anke, se presenta con una mezcla de ternura y locura que la convierte en un personaje memorable. Sin embargo, es el grupo de actores italianos quienes realmente brillan; su forma de hablar, sus gestos, sus modales; todo contribuye a que la película se sienta genuinamente italiana y a que los personajes resulten inmediatamente entrañables. La química entre los tres actores es fundamental para el éxito de la película.

A pesar de sus momentos de exceso de melodrama, "Due piccoli italiani" es una película que celebra la vida en toda su complejidad. No busca soluciones fáciles o finales felices, sino que se enfoca en el viaje, en la experiencia de vivir plenamente y en la importancia de conectar con los demás. Es una película que te invita a reflexionar sobre tus propias decisiones y a cuestionar las expectativas que te impone la sociedad. Su fotografía, aunque no siempre innovadora, refuerza el ambiente de viaje y la sensación de libertad que impregnan la historia. Es una película que, en definitiva, te dejará con una sonrisa en los labios y con la sensación de que la vida, aunque a veces difícil, vale la pena ser vivida con intensidad.

Nota: 7/10