Duelo final (1980)

“Duelo Final” (Final Duel), dirigida por el aclamado director Chad Stahelski, no es una película que busque la sutileza o la profundidad psicológica. Es, antes que nada, una máquina de acción pulida y despiadada, un homenaje visual y físico a las películas de artes marciales del pasado, especialmente las de los años 80 y principios de los 90. Stahelski, conocido por su trabajo con John Wick, demuestra una maestría indiscutible en la coreografía de secuencias de lucha, creando momentos de pura adrenalina que, a pesar de ser quizás un poco exagerados para algunos, son innegablemente entretenidos.

El núcleo de la historia, aunque simple, sirve de detonante para una avalancha de violencia estilizada. Chuck Norris, un actor cuyo nombre evoca una leyenda en el género, ofrece una interpretación pragmática y eficiente de Scott James. No busca el heroísmo altruista, sino la venganza implacable. Su presencia, combinada con el físico imponente del actor, transmite una fuerza silenciosa pero innegable, convirtiendo cada enfrentamiento en un espectáculo visualmente impresionante. Sin embargo, la película no le concede un papel particularmente complejo o redondable. Se centra en la ejecución de las acciones, más que en la motivación interna del personaje.

Las actuaciones secundarias son sólidas, aunque se limitan a apoyar la narrativa centrada en Norris. Kim Lankford, como Nancy, aporta un toque de vulnerabilidad a la trama, aunque su personaje, a pesar de su muerte prematura, no recibe el desarrollo que merecía. Lee Van Cleef, un veterano del género, cumple su función con la serenidad y el minimalismo que caracterizan su actuación. Su rol como consultor mercenario aporta una capa de pragmatismo al equipo de Scott James, aunque su presencia, al igual que la de los demás personajes secundarios, se siente algo eclipsada por la figura principal.

El guion, bajo la dirección de Stahelski y Basil Iwans, se siente algo repetitivo, lo que es comprensible considerando el enfoque en la acción. Las líneas de diálogo son concisas y funcionales, y la trama avanza a un ritmo frenético. La película no profundiza en los oscuros secretos que se revelan, sino que se mantiene en la superficie, centrándose en la ejecución de cada escena de lucha. Esta decisión, en lugar de ser vista como una limitación, podría interpretarse como una elección estilística deliberada, buscando emular la velocidad y la intensidad de sus predecesoras. La dirección de fotografía, con una iluminación contrastada y una paleta de colores saturada, contribuye a la atmósfera visualmente impactante de la película. Sin embargo, a veces, la excesiva estilización puede resultar distractora, ahogando el desarrollo de la atmósfera y el suspense.

En definitiva, "Duelo Final" es una película de acción que honra el género y que ofrece un espectáculo visual que puede resultar adictivo para los aficionados a las películas de artes marciales. No es una obra maestra, ni mucho menos, pero su ejecución impecable y su ritmo vertiginoso la convierten en una experiencia cinematográfica satisfactoria, aunque superficial. Es una película para disfrutar sin demasiadas pretensiones, apreciando la coreografía de las peleas y la presencia imponente de Chuck Norris.

Nota: 6.5/10