Dune (1984)

Denis Villeneuve ha entregado una película que no es simplemente una adaptación, sino una re-interpretación ambiciosa y visualmente deslumbrante de “Dune” de Frank Herbert. La película, que es la primera de una esperada trilogía, se adentra en la compleja trama del universo arrakis, y lo hace con una solidez y una elegancia que, a menudo, sorprenden en la ciencia ficción contemporánea. Lejos de intentar comprimir la lectura extensa del original en un metraje reducido y accesible, Villeneuve ha optado por profundizar, aunque a veces a costa de un ritmo que puede resultar pausado para algunos espectadores.

La dirección de Villeneuve es, sencillamente, magistral. Cada plano, cada encuadre, cada movimiento de cámara contribuye a la creación de un mundo alienígena, hostil y profundamente misterioso. La fotografía de Greig Fraser es excepcional, utilizando la luz y la sombra para resaltar la belleza desolada de Arrakis, así como la crudeza y la amenaza inherente al planeta. La escala de la película es épica, y la banda sonora de Hans Zimmer, combinando instrumentos tradicionales con sonidos electrónicos inusuales, se integra a la perfección en la atmósfera del filme. El uso del sonido, especialmente la comunicación entre los personajes, es innovador y contribuye significativamente a la inmersión del espectador.

Las actuaciones son, en su mayoría, impecables. Timothée Chalamet como Paul Atreides ofrece una interpretación contenida y reservada, capturando con éxito la vulnerabilidad y el creciente poder que albergan sus genes. Zendaya, como Chani, se destaca por su presencia y su intensidad, aportando una vitalidad y una fuerza a la dinámica del grupo. Oscar Isaac, como el Ducado Atreides, y Rebecca Ferguson, en el rol de Lady Jessica, ofrecen interpretaciones firmes y convincentes, transmitiendo con sutileza el peso de sus responsabilidades y sus ambiciones. La película también aprovecha al máximo a la potente química entre los personajes, especialmente la dinámica entre Paul y Jessica.

El guion, adaptado de la novela, presenta algunos desafíos inherentes. Intentar traducir la complejidad filosófica y política de Herbert a la pantalla es una tarea ardua. Si bien la película se centra en la trama principal, se sienten algunas áreas diluidas, particularmente en la exploración de la cultura Fremen. Sin embargo, Villeneuve se esfuerza por mantener la esencia del relato original, explorando temas como el destino, el poder, la colonización y la manipulación a través de la lente de la historia de una familia noble y su ascenso a una posición precaria. Es una película que exige atención y no se permite ser vista como una mera película de acción; requiere una cierta paciencia para apreciar la profundidad de su construcción narrativa y sus implicaciones temáticas. La película se centra más en la creación de un mundo y en establecer un tono que recuerda a las películas de James Bond, pero con la escala y la complejidad que merece una saga como “Dune”.

Nota: 8/10