Ejército de los muertos (2021)

“Ejército de los muertos” (Zombieland Double Tap) no es, precisamente, una obra maestra del género zombi. Sin embargo, sorprendentemente, logra entretejer una dosis considerable de humor negro y acción entretenida, convirtiéndose en una distensión ocasional bastante efectiva. La película, al igual que su predecesora, se sitúa en un futuro post-apocalíptico donde la amenaza de los muertos vivientes es una constante, pero con un giro inesperado: la película se desarrolla inmediatamente después de la desastrosa pandemia original, y el caos generalizado ha reconfigurado el panorama social y económico de Estados Unidos.

La dirección de Ruben Fleischer, conocido por su trabajo en “El Proyecto Babieca”, se mantiene solida y práctica. No se permite que el caos desplace el ritmo de la narrativa, y logra mantener un equilibrio entre las situaciones de acción y las secuencias cómicas. La puesta en escena es ágil y dinámica, con persecuciones claustrofóbicas en las calles de Las Vegas, que, irónicamente, se han convertido en un laberinto para los supervivientes. La elección de la ciudad, con su vibrante vida nocturna y su arquitectura exuberante, añade un componente visual interesante, contrastando con la desolación de la situación. Sin embargo, hay momentos en que la dirección podría haber sido más audaz, explorando con mayor profundidad la psicología de los personajes y las implicaciones sociales de la nueva realidad.

El reparto, encabezado por Woody Harrelson y Jesse Eisenberg, sigue ofreciendo sólidas interpretaciones. Harrelson, como el veterano superviviente Colt, aporta un humor seco y sarcástico que es la piedra angular de la película. Eisenberg, como el joven y nervioso Tallahassee, se mantiene como el alivio cómico principal, aunque su personaje evoluciona ligeramente a lo largo de la trama. Abigail Breslin, en el papel de Belzoni, demuestra un gran talento para la comedia, y la química entre los tres protagonistas es palpable. La incorporación de Zoey Deutch como Ellie, una joven superviviente, aporta una nueva dinámica al grupo, aunque su personaje, en comparación con los demás, no alcanza el mismo nivel de desarrollo.

El guion, aunque no destaca por su originalidad, cumple su función. Se centra en la trama del atraco, ofreciendo momentos divertidos y situaciones tensas. No obstante, la película recurre a clichés del género, y algunas de las subtramas podrían haber sido más elaboradas. La exploración de la corrupción en Las Vegas y la falta de recursos después de la pandemia es superficial, y algunos diálogos resultan un poco forzados. Sin embargo, la película logra mantener el interés del espectador gracias a su ritmo rápido y a la presencia de un humor irreverente. La escena final, que ofrece un breve vistazo al futuro, es, sin duda, uno de los puntos fuertes de la película.

Nota: 7/10