El agente invisible (2022)

“El agente invisible” se presenta como un thriller de espías moderno que, en última instancia, se pierde en la familiaridad de sus tropos y una ejecución que, aunque competente, carece de la audacia necesaria para diferenciarse. Ryan Gosling, como Court Gentry, también conocido como Sierra Seis, ofrece una actuación contenida y sutil, que se ajusta a la personalidad del personaje: un hombre marcado por su pasado y atormentado por sus decisiones. Su interpretación es, sin duda, uno de los puntos fuertes de la película, logrando transmitir la carga emocional y el cansancio que siente nuestro protagonista. Sin embargo, el guion, escrito por Kurt Wimmer y Michael Brandt, se aferra demasiado a la fórmula del “agente en contra” y recurre a clichés que limitan la profundidad de la trama.

Billy Bob Thornton, como Donald Fitzroy, aporta una presencia imponente y un carisma ambiguo que funciona bien en el papel de mentor y supervisor. Su relación con Gentry se establece con una tensión palpable, pero la motivación detrás de su reclutamiento y los verdaderos motivos de Fitzroy permanecen algo oscurecidos, generando una sensación de incompletud. Chris Evans, en el papel del antagonista Lloyd Hansen, ofrece una interpretación más unidimensional y, en general, menos convincente que las de sus compañeros de reparto. Su personaje, un ex-agente con métodos despiadados, cumple su función de amenaza, pero carece de la complejidad psicológica necesaria para hacerle realmente amenazante.

La dirección de Marc Foster es limpia y visualmente atractiva. La película se beneficia de una fotografía cuidada y de escenas de acción estilizadas que, aunque efectivas, no aportan nada particularmente nuevo al género. La atmósfera general es de cinismo y desconfianza, reflejando la moralidad cuestionable de los personajes y las operaciones de la CIA. Sin embargo, la narrativa se arrastra en algunos momentos, sobrecargada de situaciones que buscan complicar la trama sin aportar un valor significativo. La incorporación de Ana de Armas como Dani Miranda introduce un dinamismo interesante al grupo, aportando una voz de razón y una conexión humana que contrasta con el mundo implacable en el que se mueve Gentry. Su química con Gosling es genuina y permite momentos de alivio dentro del caos.

En definitiva, “El agente invisible” es una película entretenida pero predecible, que no logra superar la sombra de los thrillers de espías clásicos. La actuación de Ryan Gosling es destacable, y la dirección es competente, pero el guion y la caracterización de algunos personajes dejan mucho que desear. Se siente como una oportunidad perdida para explorar las consecuencias de la espionaje y la pérdida de la inocencia, temas que podrían haber enriquecido la historia. Podría haber sido una propuesta mucho más ambiciosa y original.

Nota: 6/10