“El amanecer del planeta de los simios” no es simplemente una secuela; es un regreso audaz y visceral a la franquicia que revitaliza la mitología original con una ambición que a veces supera a su ejecución. Esta película no se limita a mostrar un mundo post-apocalíptico habitado por simios inteligentes; busca explorar la naturaleza de la dominación, la empatía y la posibilidad de una coexistencia pacífica, temas que resuenan con una relevancia inquietante en el presente.
La dirección de Jeff Nichols es, sin duda, el punto fuerte de la película. Nichols, conocido por su enfoque lento y contemplativo, construye una atmósfera densa y tensa que se siente orgánica y natural. Evita los clichés del género de acción, optando por un ritmo deliberado que permite que la historia respire y que los personajes, tanto simios como humanos, se desarrollen con profundidad. Las escenas de batalla son brutales y realistas, evitando la glorificación de la violencia. Hay una honestidad desarmante en la representación de la lucha por la supervivencia, lo que la diferencia de otras películas de simios que priorizan los efectos especiales por encima de la narrativa.
Las actuaciones son, en general, excepcionales. Andy Serkis, como César, ofrece una interpretación magistral. Ya conocemos su habilidad para dar vida a estos primates, pero aquí amplía sus capacidades, transmitiendo una complejidad emocional que va más allá de la simple gestualidad. La voz de César, combinada con sus movimientos sutiles, evoca una presencia imponente y un dolor profundo. Jason Mann, como Atticus, el anciano sabio, y Woody Harrelson como Danni, un humano sobreviviente, aportan matices y profundidad al reparto. La química entre los actores y los simios es palpable, lo que contribuye a la creíble construcción del mundo.
El guion, aunque a veces se apresura en sus momentos más dramáticos, presenta ideas inteligentes y un mensaje moral ambiguo. La película no nos presenta héroes y villanos claramente definidos, sino personajes complejos motivados por la supervivencia, el miedo y el deseo de libertad. La tregua entre humanos y simios se siente como un espejismo, y la película explora con honestidad las dificultades inherentes a cualquier intento de coexistencia. La decisión final de César, aunque controversial, es producto de una lógica interna coherente y de una profunda reflexión sobre el futuro de su raza. La película, en definitiva, se atreve a cuestionar nuestras preconcepciones sobre la inteligencia, la moralidad y el derecho a la autodeterminación.
Sin embargo, la película no está exenta de fallas. Algunos diálogos son torpes y la trama, en ocasiones, se siente un tanto predecible. El ritmo pausado, aunque efectivo en general, puede resultar lento para algunos espectadores. A pesar de estas pequeñas imperfecciones, "El amanecer del planeta de los simios" es una película importante y reflexiva que merece la pena ver, especialmente para aquellos interesados en el cine de ciencia ficción con un componente social y filosófico.
Nota: 8/10