El amor es extraño (2014)

“El amor es extraño” (Frances Ha) es una película que no busca grandes gestos ni efectos especiales; se alimenta de la quietud, de las pequeñas rutinas y de los desajustes que conforman la vida adulta, particularmente cuando esa adultez se encuentra marcada por la incertidumbre y la búsqueda de un sentido. La película de Noah Baumbach, y su primer experimento con el color en su paleta cinematográfica, es un retrato honesto y, a veces, agridulce, de una amistad entre dos mujeres, Frances y Isaac, que se desmorona bajo el peso de la responsabilidad, el cambio y la pérdida de un ideal.

El guion, bajo la dirección de Baumbach, se centra en la ambigüedad y en la dificultad de las relaciones humanas. No se juzga al espectador ni se ofrece una solución fácil a la crisis de Frances. La película observa, con una mirada discursa y llena de sutilezas, cómo las pequeñas decisiones, aparentemente triviales, pueden llevar a un colapso emocional. La escritura es magistral en la representación de los diálogos, crudos y realistas, que transmiten la frustración, la vulnerabilidad y la melancolía de los personajes. No hay grandes momentos de drama, sino una acumulación de situaciones incómodas y conversaciones que revelan la incomunicación subyacente entre Frances y Isaac. La película se inspira en la vida real y esa autenticidad es uno de sus mayores atractivos.

El trabajo de Greta Gerwig como directora y guionista es sobresaliente. La película, aunque se sitúa en Nueva York, logra evocar un ambiente melancólico y urbano, sin caer en clichés. El uso del color, que fue un aspecto innovador para Baumbach, funciona a la perfección, aportando matices y reflejando el estado de ánimo de los personajes. La dirección de actores es impecable. Frances Ha, interpretada por Gerwig, ofrece una actuación que se considera un punto culminante de su carrera. No se trata de un personaje fácil; es imperfecta, egocéntrica y, a veces, bastante desagradable. Sin embargo, Gerwig logra transmitir la complejidad y la vulnerabilidad de Frances, haciéndola profundamente humana. Eliza Scanlen como Margot, la hermana de Frances, también destaca con una interpretación delicada y conmovedora.

La película no busca una resolución definitiva a la relación de Frances y Isaac. Lo que ofrece es una reflexión sobre la amistad, la independencia, la búsqueda de la identidad y la inevitabilidad del cambio. Es una obra que te hace cuestionar tus propias prioridades y que te invita a reflexionar sobre lo que realmente importa en la vida. “El amor es extraño” es una película que te queda en la memoria, no por su espectacularidad, sino por su honestidad y su capacidad para capturar la esencia de la vida adulta en toda su complejidad. Es un trabajo que, a pesar de su bajo presupuesto, demuestra el poder de una buena historia y una dirección inteligente.

Nota: 8/10