El ansia (1983)

“El Ansia” de Corin Hardy no es simplemente una película de vampiros; es una meditación sobre la eternidad, el arrepentimiento y el peso del tiempo. La película, ambientada en el bullicioso y contemporáneo Manhattan, introduce a Miriam Blaylock (Lena Headey), una vampira de belleza deslumbrante que trasciende siglos. Headey, sin duda, entrega una actuación magistral, dotando a Miriam de una elegancia gélida que es tanto hipnotizante como profundamente triste. Su personaje no es un depredador seductor y clásico, sino una criatura cansada, marcada por la pérdida y con una melancólica nostalgia por un pasado que nunca podrá recuperar. La mirada de Headey, a menudo casi vacía, transmite un sufrimiento implícito que es mucho más impactante que cualquier diálogo excesivo.

La dirección de Hardy es visualmente impactante, empleando la luz y la sombra para crear una atmósfera opresiva y sofisticada. La película evoca la estética de películas de terror gótico modernas, pero con un toque más cinematográfico y menos centrado en los sobresaltos baratos. La paleta de colores, dominada por tonos oscuros, grises y azules, refuerza la sensación de aislamiento y melancolía que impregna la narrativa. La cinematografía de Peter Deming es excelente, con planos largos y composiciones cuidadosas que resaltan la belleza sombría de la ciudad y la dignidad, a pesar de la decadencia, de Miriam.

El guion, adaptado de la novela homónima de Chloe Caldwell, es donde la película realmente brilla. La trama se centra en la búsqueda de Miriam por un amor perdido del pasado, un hombre que, a diferencia de ella, sucumbió a la muerte mortal. Este amor, un misterio que la atormenta, impulsa su búsqueda y la lleva a un peligroso encuentro con un misterioso y anciano vampiro (Stephen Dorfman) que guarda la clave de su pasado. La historia no se apoya en clichés vampíricos, sino que explora temas más complejos como la soledad, el deseo de redención y el impacto de nuestras acciones a lo largo del tiempo. Aunque el ritmo puede ser pausado para algunos, la lentitud se justifica completamente en la necesidad de desarrollar la profundidad emocional de los personajes y de la historia. El guion evita simplismos y se adentra en la psicología de una criatura que ha vivido por mucho más tiempo de lo que la humanidad puede concebir.

Sin embargo, “El Ansia” no está exenta de algunas debilidades. La segunda mitad de la película se siente un poco estirada y algunos diálogos podrían haber sido más concisos. Además, el desarrollo de algunos personajes secundarios, aunque interesantes, se ve eclipsado por la centralidad de Miriam. No obstante, estos pequeños defectos no empañan la experiencia general, que se erige como una película de terror conceptualmente sólida y visualmente deslumbrante. Es una película que, más allá de sus elementos de terror, invita a la reflexión sobre la naturaleza del tiempo, el amor, la pérdida y el precio de la inmortalidad.

Nota: 7.5/10