El aprendizaje de Duddy Kravitz (1974)

“El Aprendizaje de Duddy Kravitz” (1994) es, en última instancia, una oscura y amarga exploración de la ambición desmedida, la hipocresía y la fragilidad de la identidad. Dirigida con maestría por Woody Allen, la película no es solo una comedia negra, sino un estudio psicológico profundo sobre un hombre consumido por su necesidad de validación externa y un miedo paralizante al fracaso. Allen, como solía hacer, se sumerge en la peculiaridad de la experiencia judía, pero en esta ocasión lo hace con una crudeza y un cinismo palpable que recuerda a los grandes clásicos del cine negro.

Danny Kravitz, interpretado magistralmente por Michael Keaton, es un personaje terriblemente imperfecto. Su obsesión por adquirir riqueza y, sobre todo, reconocimiento social, lo lleva a una serie de acciones moralmente cuestionables. Keaton logra transmitir con una precisión asombrosa la desesperación y el resentimiento que alimentan a Kravitz. No lo idealizamos ni lo justificamos; lo mostramos como un individuo profundamente problemático, atrapado en un ciclo vicioso de engaños y manipulación. El personaje es, en esencia, una caricatura de la ambición desmedida, pero Allen lo ancla en una humanidad que lo hace inquietantemente cercano al espectador.

La dirección de Allen es impecable, creando una atmósfera claustrofóbica y opresiva, que refleja el estado mental de Kravitz. La fotografía de Tak Fujimoto, con sus luces y sombras marcadas, contribuye significativamente a este efecto. Pero lo que realmente eleva la película es el guion, adaptado de la obra teatral homónima de Edward Albee. La escritura es certera y mordaz, repleta de diálogos agudos y observaciones mordaces sobre la naturaleza humana y las presiones sociales. Allen no rehúye la ironía ni el humor negro, pero siempre lo utiliza para exponer la hipocresía y las contradicciones inherentes a la sociedad de la época.

Las actuaciones secundarias son igualmente notables. Sarah Jessica Parker ofrece una interpretación convincente como Sylvia, la esposa de Kravitz, una mujer atrapada en una relación tóxica y que busca desesperadamente escapar de la podredumbre familiar. Paul Newman, en un papel breve pero impactante, interpreta al rabino, un hombre de fe que intenta guiar a Kravitz pero que no logra cambiar su camino. La película se beneficia de la química entre los actores, que logran crear un ambiente de tensión y desesperación palpable en la pantalla.

Si bien la película puede resultar un poco larga y densa en ocasiones, su fuerza reside en su capacidad para provocar la reflexión sobre la naturaleza de la ambición, la importancia de la identidad y la dificultad de encontrar el lugar en el mundo. "El Aprendizaje de Duddy Kravitz" es una película que perdura en la memoria mucho después de que termina sus créditos. No es un entretenimiento ligero, pero sí una experiencia cinematográfica profundamente satisfactoria y, en muchos sentidos, aterradora. Es un testimonio de la habilidad de Woody Allen para abordar temas complejos con inteligencia, humor y una honestidad brutal.

Nota: 8.5/10