El beso del dragón (2001)

“El Beso del Dragón” es una película que, a pesar de sus buenas intenciones y la presencia de Jet Li, se queda lamentablemente a medio camino entre el cine de acción genérico y una trama que, en su intento de ser compleja, termina siendo confusa y, en ocasiones, absurda. La película, ambientada en la París de los años 90, carece del encanto que podríamos haber esperado, y la dirección, aunque visualmente competente, no logra sostener el ritmo de la historia ni conectar verdaderamente con el espectador.

Jet Li, como siempre, ofrece una actuación física impecable, demostrando su dominio de las artes marciales. Sus movimientos son precisos, elegantes y crean momentos de intensa acción que son, sin duda, la mayor fortaleza de la película. Sin embargo, la actuación de Li se limita a ejecutar las escenas de pelea, y le falta profundidad emocional para hacer de Liu Jian un personaje realmente memorable. El personaje es frío, distante y, en general, carente de motivaciones claras, lo que dificulta la conexión del público con sus acciones.

La incorporación de Tchéky Karyo como el oficial de policía Richard añade un elemento interesante al guion, aunque su personaje es presentado de forma bastante unidimensional. El personaje de Richard es un oficial corrupto y violento, pero su motivación para ayudar a Liu es poco convincente, y su papel en la trama se siente, en última instancia, más como un vehículo para la acción que como parte integral de la historia. Bridget Fonda, como Jessica, ofrece una actuación discreta, pero su personaje se siente relegado a un papel secundario, casi como una víctima más de la conspiración.

El guion es donde la película realmente resiente. La trama se complica con demasiadas vueltas, giros inesperados y personajes secundarios que parecen sacados de una bolsa de adivinanzas. La resolución de la conspiración es sorprendentemente fácil, y el final, aunque intenta ser impactante, resulta simplista y carente de la resonancia dramática que se esperaba. Las escenas de acción, aunque visualmente sólidas, a menudo se insertan de forma desordenada en la trama, rompiendo el flujo narrativo. La película parece priorizar la demostración de habilidades marciales sobre la construcción de una historia cohesiva. Se echa en falta una mayor atención a la atmósfera y el desarrollo del entorno parisino, que podría haber enriquecido considerablemente la experiencia visual.

En definitiva, “El Beso del Dragón” es una película entretenida para los fanáticos del cine de artes marciales, pero que no logra consolidarse como una obra destacada. Su propuesta no está mal, pero su ejecución es deficiente, y su complejidad innecesaria resulta en una experiencia cinematográfica mediocre.

Nota: 6/10