El caballero negro (2001)

“El Caballero Negro” (The Nice Guys) no es precisamente una película que inspire expectación o que deje una huella imborrable en la memoria cinematográfica, pero si se busca una comedia negra con un toque de acción, un sentido del humor mordaz y personajes que, a pesar de sus peculiaridades, logran conectar con el espectador, esta película ofrece una experiencia entretenida, aunque no revolucionaria.

La dirección de Shane Black, conocido por su trabajo con acción y humor negro en "Arma Letal" y "Iron Man 3", se nota en la estética y el ritmo. Black consigue crear un ambiente sucio, decadente y ligeramente grotesco que contrasta marcadamente con el entorno caballeresco en el que se encuentra nuestro protagonista, Jamal. El contraste entre la tecnología moderna y los vestuarios medievales, aunque a veces excesivo, genera situaciones cómicas y visualmente interesantes. La película se beneficia de una puesta en escena cuidada, con una dirección de fotografía que acentúa la atmósfera de desaliño, con paletas de colores desaturadas y planos que enfatizan la sensación de estar atrapado en un pasado que no es su propio tiempo.

Ryan Gosling y Russell Crowe, dos actores con una enorme capacidad interpretativa, ofrecen actuaciones excelentes. Gosling, en su papel de detective privado al que le cuesta entender nada, aporta una vulnerabilidad y un humor sutil que contrastan con la rudeza inicial de Crowe, un detective privado con un pasado turbio y un vocabulario igualmente cuestionable. La química entre los dos actores es genuina, y su interacción, llena de sarcasmo y malentendidos, constituye uno de los puntos fuertes de la película. Especialmente destacable es la evolución de Jamal, interpretado por Gosling, a lo largo de la trama, pasando de ser un hombre frustrado a un héroe inesperado. La interpretación de Rachel McAdams, como la femme fatale de la que Jamal no puede despegarse, es, sin embargo, algo menos impactante, aunque su presencia aporta un toque de sofisticación y misterio.

El guion, escrito por Shane Black y Corey Stoll, es donde la película tiene más margen de mejora. La trama, aunque divertida y llena de giros inesperados, carece de profundidad y, en ocasiones, se vuelve algo previsible. Algunos diálogos, aunque ingeniosos, parecen forzados para mantener el ritmo cómico. A pesar de ello, la película se sostiene gracias a la habilidad de los guionistas para construir personajes memorables y crear situaciones humorísticas. La idea central - un detective privado y un informante que se ven envueltos en una conspiración real - es interesante, pero no se explora plenamente, limitándose a un desarrollo superficial de algunos temas como la corrupción y la justicia. La trama secundaria, centrada en la rebelión contra el rey, es particularmente breve y carece de desarrollo.

En definitiva, "El Caballero Negro" es un entretenimiento agradable, un pastiche de tropos del género de acción y comedia, que ofrece un buen rato en el cine. No es una obra maestra, pero si se valora el humor negro, las actuaciones sólidas de sus protagonistas y un ambiente visualmente interesante, puede ser una opción recomendable.

Nota: 7/10