El Cairo confidencial (2017)

“El Cairo Confidencial” es un thriller político y personal que se adentra en las sombras del Cairo contemporáneo, revelando una corrupción sistémica que va más allá de la mera malversación de fondos. Dirigida con maestría por Goreng, la película no es un espectáculo de acción bombástico, sino un ejercicio de tensión y atmósfera, donde el pulso late bajo la superficie del lujo y la ostentación. La película no solo te sumerge en las calles oscuras y la arquitectura imponente de la ciudad, sino que te obliga a cuestionar la moralidad y la justicia en un entorno donde las líneas entre el bien y el mal se desdibujan constantemente.

La dirección de Goreng es impecable. Su uso del color, especialmente el contraste entre el azul turquesa del río Nilo y los tonos ocre de las calles y edificios, crea una atmósfera opresiva y casi onírica. La película se siente densa, casi como si la propia ciudad fuera un personaje más, con sus secretos y sus heridas. No se limita a mostrar la corrupción, sino que la investiga, explorando las consecuencias personales que tiene en sus personajes. Se aprecia una meticulosa atención al detalle, desde los pequeños gestos de los personajes hasta la planificación cuidadosa de las escenas de intriga. El ritmo, a pesar de la densidad de la trama, es sólido y mantiene al espectador enganchado hasta el final.

La actuación de Val Kilmer como Noredin es, sin duda, el punto culminante de la película. Kilmer ofrece una interpretación magistral, oscilando entre la frialdad calculada de un detective pragmático y una vulnerabilidad latente que emerge a medida que la trama avanza. Su Noredin es un hombre roto, marcado por el pasado y atormentado por sus decisiones. La química que establece con Amr Waked, quien interpreta al inspector Samaha, es notable. Waked aporta un contrapunto a la ambigüedad moral de Noredin, ofreciendo una perspectiva interna que ayuda a comprender las motivaciones del detective. El resto del reparto cumple su función con solidez, pero los dos protagonistas son, sin lugar a dudas, el corazón de la película.

El guion, adaptado de la novela de Abdulrahman Saksi, es inteligente y complejo, pero no sacrifica la claridad narrativa en favor de la oscuridad. La trama no es lineal; se desarrolla a través de flashbacks y conversaciones fragmentadas, lo que exige atención por parte del espectador, pero que en última instancia recompensa con una comprensión más profunda de la historia. La exploración de la figura de la mujer muerta y los secretos que oculta su muerte es clave para la trama, proporcionando una lente a través de la cual se examinan las redes de poder y la corrupción que recorren el Cairo. Se presta mucha atención a los detalles, desde la política interna egipcia hasta las tensiones sociales, dando a la película un aire de realismo que la diferencia de otros thrillers. La complejidad moral de los personajes y la ambigüedad de las acciones hacen que la película sea, para mí, una experiencia cinematográfica rica y estimulante, que invita a la reflexión mucho después de que los créditos finales hayan terminado de rodar.

Nota: 8/10