El cambiazo (2011)

“El Cambiazo” (The Switch Up) de Armistead Blakeley y Jason Bateman, un nombre que ahora también aparece en la producción, es una comedia familiar que, a pesar de no alcanzar la gloria de otras películas de la misma compañía, ofrece un entretenimiento sólido y, sorprendentemente, una reflexión sobre las expectativas sociales y la búsqueda de la felicidad. La premisa, aunque ligeramente rebuscada, se sostiene gracias a la química innegable entre Ryan Reynolds y Jason Bateman, dos actores que se complementan a la perfección. La idea de que sus personajes se intercambian de cuerpos es un detonante perfecto para explorar las frustraciones y los deseos reprimidos que ambos albergan.

La dirección de Blakeley es precisa y no se pierde en artificios innecesarios. Se centra en la construcción de los personajes y en la dinámica entre Mitch y Dave. La película no se preocupa por buscar efectos especiales o tramas secundarias complejas. Se basa en la autenticidad de las situaciones y en la comedia de los errores, donde las consecuencias de la situación son tanto hilarantes como a veces conmovedoras. Es un ritmo constante que invita a la risa, pero que también permite que el espectador se identifique con los personajes.

Las actuaciones de Reynolds y Bateman son el corazón de la película. Ryan Reynolds aporta su habitual energía desbordante y su capacidad para aligerar la atmósfera. Sin embargo, es Bateman quien se lleva la palma en cuanto a actuaciones. Demuestra una gran versatilidad, manejando con maestría tanto la inmadurez irresponsable de Mitch como la frustración y el deseo de conexión de Dave. Leslie Mann también brilla como la esposa de Dave, ofreciendo momentos de humor y ternura en su relación con Bateman. Los niños, interpretados por los hijos de los actores, añaden una capa de realismo y complicidad a la historia.

El guion, escrito principalmente por Bateman, se basa en un humor inteligente y observacional. Se atreve a tocar temas como el estrés laboral, la presión familiar, la dificultad de equilibrar las expectativas sociales y la importancia de la conexión humana. La película no juzga a sus personajes; simplemente les muestra las consecuencias de sus decisiones y las oportunidades que se presentan cuando se les obliga a ver el mundo desde la perspectiva del otro. La comedia surge de la confrontación entre los estilos de vida opuestos y de la incapacidad de los personajes para adaptarse a la vida del otro. Si bien algunos diálogos son un poco forzados, la esencia de la historia es sólida y la resolución, aunque predecible, es satisfactoria. Se podría haber profundizado un poco más en las motivaciones de Dave, que en ocasiones se siente un tanto plano en comparación con la complejidad de Mitch.

A pesar de algunos pequeños fallos, "El Cambiazo" es una comedia familiar agradable y entretenida que, más allá de la premisa inusual, explora la dinámica de las relaciones y la importancia de valorar lo que realmente importa. Es unánime el reconocimiento de que la conexión entre Reynolds y Bateman es el principal motor de la película.

Nota: 7/10