El caso Wells (2007)

“El Caso Wells” no es un thriller convencional, sino una lenta y meticulosa inmersión en la oscuridad del deseo y la corrupción. Richard Gere, en un papel que parece diseñado para él, ofrece una actuación soberbia, interpretando a Errol Babbage como un hombre consumido por su trabajo, por su pasado y por una suerte de obsesión silenciosa que lo carcome desde dentro. Gere no se limita a la representación de un vigilante; nos entrega a un personaje profundamente vulnerable, marcado por un dolor palpable y una necesidad desesperada de justicia, aunque esa justicia se sienta a menudo retorcida y moralmente ambigua.

La dirección de Roger Avary es deliberadamente fría y distante, reflejando la desconfianza y la opacidad que envuelven la investigación. Las tomas son largas y contemplativas, permitiendo al espectador digerir la atmósfera densa y pesada que se construye con maestría. No hay grandes explosiones ni persecuciones frenéticas; la tensión se genera más por la sugestión, por las miradas furtivas y los silencios incómodos. Esta elección estilística, aunque puede resultar pausada para algunos, es fundamental para transmitir la sensación de peligro inminente que se palpa constantemente. Avary no busca impresionar, sino documentar una realidad cruda y perturbadora.

El guion, coescrito por Avary y Jim Sheridan, se centra en la narrativa no lineal, tejiendo entre flashbacks y escenas en tiempo real. Esto crea un efecto de desorientación que refleja la confusión y la incertidumbre de Errol y Allison al intentar desentrañar la desaparición de Harriet Wells. Aunque la trama avanza con lentitud, la calidad del diálogo es notable, con diálogos concisos y significativos que revelan la psicología de los personajes. Sin embargo, el guion a veces se pierde en detalles demasiado minuciosos, ralentizando el ritmo narrativo y diluyendo la intensidad de la historia. Se siente la necesidad de algunos cortes para mantener un equilibrio más efectivo.

La interpretación de Allison Janney como la joven agente Allison es fundamental para el éxito de la película. Janney ofrece una actuación sorprendentemente sutil y poderosa, mostrando la ambición, la determinación y la fragilidad de una mujer que intenta forjarse su propio camino en un mundo dominado por hombres. La relación entre Errol y Allison se desarrolla de forma natural e inteligente, con un tira y afloja constante de desconfianza y colaboración. La química entre Gere y Janney es, sin duda, uno de los puntos fuertes de la película. La desaparición de Harriet Wells se convierte, entonces, no solo en un caso criminal, sino en una lente a través de la cual se examina la dinámica de poder, el abuso de confianza y la vulnerabilidad.

En definitiva, “El Caso Wells” es una película inquietante y reflexiva que invita a cuestionar nuestras propias ideas sobre la justicia, la moralidad y el papel de la verdad. No es un thriller lleno de acción, sino un estudio psicológico de personajes complejos y una exploración sombría de las consecuencias de los actos humanos.

Nota: 7/10