El cazacocodrilos: Misión salvaje (2002)

“El cazacocodrilos: Misión Salvaje” no es una película que busque revolucionar el género de acción, ni mucho menos. Se posiciona con seguridad en el ámbito del entretenimiento puro y duro, entregando una experiencia visualmente estimulante, aunque con un guion que se queda a medio camino entre la aventura clásica y la conspiración gubernamental rebuscada. La premisa, un satélite estadounidense derribado en el pantano australiano y la sospecha de una pareja de aventureros, es de sobra conocida y se aprovecha al máximo, ofreciendo una galería de situaciones y encuentros con cocodrilos que, seamos honestos, es donde la película realmente brilla. La dirección de Adam Wingard, conocido por su estilo visual distintivo y su habilidad para el horror psicológico, aporta una estética que es a la vez exuberante y a veces inquietante, utilizando los paisajes de Australia de manera magistral y creando escenas de persecución con cocodrilos increíblemente convincentes. El uso del CGI es notable, logrando que los cocodrilos se sientan verdaderamente amenazantes y presentes en cada escena.

Sin embargo, el guion es donde la película más notablemente flaquea. La trama se complica con demasiados giros inesperados y suspenso innecesario, lo que a veces resulta confuso y diluye la tensión. La conspiración gubernamental, que inicialmente promete ser compleja y llena de secretos, termina siendo poco elaborada y carente de la profundidad que podría haberle dado mayor peso a la historia. La relación entre los protagonistas, Jack e Izzy, es interesante desde el principio, con un palpable dinamismo entre ellos, pero el guion no profundiza lo suficiente en su desarrollo emocional ni en sus motivaciones. Las actuaciones, afortunadamente, compensan algo de la torpeza narrativa. Josh Hutcherson, conocido por su papel en "Percy Jackson", ofrece una actuación competente, transmitiendo el miedo y la determinación de Jack con naturalidad. Olivia Wilde aporta una presencia imponente a Izzy, redefiniendo su imagen de actriz dramática con una actitud decidida y una química notable con Hutcherson. El dúo se complementa bien y su interacción es uno de los puntos fuertes de la película.

En definitiva, “El cazacocodrilos: Misión Salvaje” es una película de acción emocionante y visualmente atractiva, que aunque no ofrezca nada de original en cuanto a la trama, cuenta con buenas actuaciones, una dirección cuidada y un fuerte componente visual. Si buscas un entretenimiento rápido y lleno de acción con cocodrilos, no te decepcionará. Pero si esperas una película compleja y llena de sorpresas, quizás te sientas un poco decepcionado. Es una película de entretenimiento ligero, un escape del día a día, que cumple su función de manera satisfactoria, pero sin pretender ser más de lo que es. La película logra crear un ambiente de suspense y peligro constante, gracias también a la banda sonora, que contribuye significativamente a la atmósfera general. En resumen, es un disfrute visual y una dosis de adrenalina, aunque con un guion que se queda a medio camino.

Nota: 6.5/10