El Chip Prodigioso (1987)

“El Chip Prodigioso” es una película que, en su núcleo, alberga una premisa intrínsecamente fascinante: la invasión corporícola y las consecuencias de una tecnología descontrolada. Sin embargo, el resultado final, aunque entretenido, no alcanza el potencial que su idea original sugirió. La película, dirigida por Ben Petty, se adentra en un territorio que podría haber sido mucho más audaz y provocador, pero se queda en un territorio seguro y, en cierto modo, predecible.

La dirección de Petty es funcional, pero carece de la audacia que la historia merecía. La película se apoya mucho en efectos visuales para simular la invasión de Tuck en Jack Putter, y aunque estos son tecnicamente buenos, a veces se sienten como un artificio que compensa la falta de profundidad en el desarrollo de los personajes. La construcción del ambiente de paranoia y desconfianza es correcta, transmitiendo de forma efectiva el miedo a lo desconocido, pero la película se concentra demasiado en la “acción” de la invasión, relegando al segundo plano las implicaciones psicológicas y filosóficas de la situación.

La actuación de Jake Gyllenhaal como Tuck Pendelton es, sin duda, un punto fuerte. Gyllenhaal aporta una energía vibrante y un temperamento palpable al personaje, logrando que el espectador se conecte con la frustración y la desesperación de Tuck. Su interpretación, sin embargo, se ve a veces eclipsada por el exceso de maquillaje y los efectos especiales que lo rodean. Daniel Radcliffe, por otro lado, como Jack Putter, ofrece una actuación sutil pero convincente. Su personaje, un hombre obsesionado con su propia salud, sirve como un contrapunto interesante al espíritu aventurero de Tuck, y Radcliffe capta con éxito la vulnerabilidad y la inseguridad de Jack. La química entre ambos actores es notable, incluso a pesar de las circunstancias extraordinarias.

El guion presenta algunos momentos de brillantez, especialmente en la construcción del suspense y la creación de situaciones cómicas, pero también presenta deficiencias importantes. La trama se complica demasiado hacia el final, introduciendo giros inesperados que no están completamente justificados y que, en su mayoría, reducen la coherencia de la historia. El ritmo es irregular, alternando entre escenas de acción frenética y diálogos poco elaborados. Se siente que el guion, aunque prometedor, no ha sido desarrollado al máximo y que podría haber explorado temas más complejos relacionados con la identidad, el cuerpo y el control.

En definitiva, “El Chip Prodigioso” es una película que ofrece entretenimiento ligero, pero carece de la sustancia y la originalidad que podrían haberla elevado a un nivel superior. Es una curiosidad visual que, sin embargo, no logra dejar una impresión duradera. Es un intento interesante, pero que, en última instancia, se queda a medio camino.

Nota: 6/10