El cielo sobre Berlín (1987)

“El cielo sobre Berlín” es una película que se instala en la memoria como una evocación melancólica y visualmente deslumbrante de una época convulsa. Esta película alemana, dirigida por Oliver Blumenthal, no busca ofrecer respuestas fáciles a las grandes preguntas de la existencia, sino que, en cambio, se centra en la experiencia humana, en la compasión y en la impotencia ante el sufrimiento. La premisa, la existencia de ángeles invisibles para la mayoría, pero perceptibles por aquellos con un corazón abierto, es un vehículo narrativo que permite explorar temas complejos como la guerra, la pérdida y la esperanza.

La película se centra en la relación entre Dan (Leonhard Simon), uno de los ángeles, y Liesel (Alexandra Englert), una joven trapecista de circo. Esta relación, aunque aparentemente central, no es una historia de amor convencional. Es, más bien, una exploración de la conexión, de la empatía y de la necesidad de comprender el dolor de los demás. La química entre Simon y Englert es palpable, pero la película se resiste a sentimentalismos baratos. La relación se construye con sutileza y se apoya en la mirada compartida, en el silencio, en la comprensión mutua. Esta es, sin duda, una de las mayores virtudes de la película: evita caer en melodramas y se centra en la autenticidad de la experiencia.

La dirección de Blumenthal es magistral. La película está ambientada en el Berlín de 1963, al borde del Muro de Berlín, un escenario cargado de simbolismo. La fotografía de Markus Goebl es sencillamente excepcional. Los planos a gran escala, la luz natural, los colores suaves y la composición cuidadosa contribuyen a crear una atmósfera única y profundamente emotiva. El uso del cielo como telón de fondo es particularmente efectivo, enfatizando la sensación de aislamiento y la perspectiva infinita de la existencia. La banda sonora, aunque discreta, complementa perfectamente la atmósfera melancólica de la película.

El guion, adaptado de la novela homónima de Hans Fallada, es notablemente sobrio y sin adornos. Se evita la exposición excesiva de información y se permite que la historia se desarrolle a través de la experiencia de los personajes. Aunque la trama central es simple, la película está llena de matices y reflexiones sobre la condición humana. La película no ofrece soluciones ni juicios morales, sino que simplemente presenta la realidad de la época y la fragilidad de la vida. A pesar de que el título sugiere una búsqueda de sentido, la película sugiere que el verdadero valor reside en la simple capacidad de sentir la compasión y la empatía.

En definitiva, “El cielo sobre Berlín” es una película conmovedora y visualmente impactante que invita a la reflexión. No es una película fácil, pero sí una experiencia cinematográfica gratificante que perdura mucho después de que terminan los créditos. Es una película sobre la humanidad, la pérdida y, quizás lo más importante, la capacidad de ver el mundo a través del corazón.

Nota: 8.5/10