El circo de los extraños (2009)

“El Circo de los Extraños” (Strange Circus) es una película que, en lugar de asustar, ofrece una experiencia visualmente rica y narrativamente inquietante. Dirigida por Steven Boyer, la película se adentra en un universo de horror cósmico y folklore gótico, no ofreciendo sustos fáciles, sino construyendo una atmósfera de creciente malestar que te acompaña mucho después de que los créditos finales hayan comenzado a rodar. La película no se basa en la sangre y los gritos típicos del género, sino en una inquietud latente y en la presentación de criaturas extraordinarias que desafían la lógica y la comprensión.

El guion, adaptado de la novela homónima de Mark Ryan, no se preocupa por explicar la lógica de este mundo marginal. Las razones de la existencia del Circo de los Extraños, de los "vampenezes" (los que combatían a los vampiros) y de la naturaleza misma de las criaturas son sombrías y ambiguas. Esta decisión, si bien puede frustrar a algunos espectadores que buscan respuestas concretas, es fundamental para lograr la sensación de extrañamiento y lo sobrenatural. El ritmo es pausado, permitiendo que la tensión se acumule gradualmente, y los diálogos, aunque breves, son efectivos en la creación de personajes memorables. Sin embargo, algunas secuencias, especialmente las del “show” del Circo, resultan un tanto exageradas en su diseño visual, y podrían haber sido más sutiles para mantener la coherencia de la atmósfera.

La dirección de Boyer es precisa y minimalista. La película utiliza la iluminación y la composición de la cámara de manera magistral para generar una sensación de desorientación y claustrofobia. Los escenarios, creados principalmente con efectos prácticos, son creíbles y evocadores, transportándonos a un mundo de pesadilla donde lo grotesco se mezcla con lo hermoso. La banda sonora, omnipresente y a menudo disonante, complementa a la perfección la atmósfera visual y sonora de la película. Y es aquí donde la actuación de John C. Reilly destaca. Reilly, como Larten Crepsley, ofrece una interpretación compleja y perturbadora. Su Larten Crepsley es un seductor carismático y enigmático, un maestro de marionetas que maneja su mundo con una calma inquietante. El resto del elenco, incluyendo a Chris Bauer y a James Hong, también cumple con creces sus papeles, aportando profundidad a los personajes que, a pesar de su excéntricidad, son genuinamente humanos. No obstante, el joven protagonista, Liam Cunningham, podría haber beneficiado de un mayor desarrollo para intensificar el impacto emocional de su personaje.

“El Circo de los Extraños” no es una película para todos los gustos. Su enfoque en la atmósfera y el simbolismo, en lugar de la acción y los efectos especiales, puede no ser del agrado de aquellos que buscan un terror más directo. Sin embargo, para los aficionados al horror cósmico, al folklore gótico y a las historias con un trasfondo oscuro, esta película es una experiencia inquietante y memorable. Se trata de una película que se queda contigo, que te hace reflexionar sobre la naturaleza de la humanidad y la fragilidad de la realidad.

Nota: 7/10