El cliente (1994)

“El Cliente” (The Lincoln Lawyer), la adaptación cinematográfica del aclamado libro de Michael Connelly, no es una obra maestra trascendental, pero sí un thriller legal de ritmo sólido y con suficientes elementos para resultar entretenido y recomendable, especialmente para aquellos que disfruten de historias con personajes complejos y dilemas morales. La película, dirigida por Richard Lukutchko, se centra en Mark Sway (Manuel Garcia-Bolanos), un niño que, tras presenciar el suicidio de un abogado de la mafia, se encuentra atrapado en una espiral de miedo y amenazas que ponen en peligro su vida. La película narra su proceso de investigación, su confrontación con el sistema judicial y la improbable alianza que establece con la fiscal Jane Roberts (Michelle Monaghan).

Manuel Garcia-Bolanos ofrece una interpretación convincente como Mark Sway. El actor transmite de manera efectiva la vulnerabilidad y el trauma infantil del personaje, logrando que el espectador se identifique con su situación y se preocupe por su destino. Michelle Monaghan, por su parte, equilibra a la perfección la imagen de la ambiciosa fiscal con la de una mujer en busca de redención personal. Su personaje, Jane Roberts, se ve obligada a cuestionar sus principios profesionales y personales al defender a Mark, creando un arco dramático particularmente interesante. El conflicto entre sus dos vidas, la oficial y la leal, es uno de los pilares de la narrativa.

Si bien el guion mantiene una estructura narrativa lineal y predecible, la película consigue generar tensión a través de la gradual revelación de los secretos y las manipulaciones que rodean a Mark. La trama, aunque no sorprende con giros inesperados, se sustenta en un sólido desarrollo de personajes y en un debate constante sobre la justicia, el poder y la moralidad. La dirección de Lukutchko es funcional, sin excesivas pretensiones estilísticas, centrándose en la construcción de la atmósfera y el desarrollo de las relaciones entre los personajes. La fotografía, en general, es correcta, utilizando luces y sombras para crear un ambiente de misterio y tensión, aunque a veces resulta un tanto recargada en el contraste.

Sin embargo, el ritmo de la película es desigual. Algunas escenas se alargan innecesariamente, mientras que otras se apresuran. Además, el desarrollo de ciertos personajes secundarios, como el detective Frank Delano, interpretado por Bryan Cranston, resulta superficial. Aunque la actuación de Cranston es sólida, su personaje no llega a explorar su potencial plenamente. El tema de la memoria y el trauma infantil, aunque presente, no se profundiza lo suficiente, relegándose a un segundo plano frente a la trama principal. En definitiva, “El Cliente” es una película de suspenso legal satisfactoria, pero que, a pesar de contar con un buen elenco y una sólida base narrativa, no alcanza el nivel de excelencia que su premisa podría sugerir. Es un entretenimiento sólido, con actuaciones destacadas y un debate moral interesante, pero carente de la complejidad y la originalidad que se esperan de un thriller legal de este calibre.

Nota: 7/10