El club de las luchadoras (2023)

“El Club de las Luchadoras” (The Duff) es una comedia adolescente que, a primera vista, podría parecer un simple ejercicio de clichés del género: chicas antipáticas, aspiraciones secretas y un plan descabellado para alcanzar el éxito. Sin embargo, la película de Steven Conrad va más allá de lo superficial, presentando una exploración sorprendentemente sutil y conmovedora sobre la autoaceptación, la amistad y la presión social en la adolescencia. La película no busca la risa fácil; más bien, se basa en la honestidad y un humor inteligente que resuena con la experiencia de la juventud.

La dirección de Conrad es cuidadosa y observa de manera precisa las dinámicas entre los personajes. La película se centra casi por completo en la perspectiva de Bailey (Michelle Williams), una estudiante de secundaria invisible que se ve reducida a “la chica mala” del instituto. La fotografía, a menudo en tonos apagados, contribuye a esta sensación de aislamiento. El ritmo es deliberado, permitiendo al espectador conectar con la desesperación de Bailey y comprender sus motivaciones. No hay una gran despliegue de efectos visuales, lo que, en este caso, funciona a favor de la película, ya que se centra en la atmósfera y las relaciones humanas. La dirección logra equilibrar el humor con momentos de genuina vulnerabilidad, sin caer en melodramas innecesarios.

Michelle Williams ofrece una actuación brillante como Bailey. Su interpretación es natural y llena de matices, transmitiendo la inseguridad, la frustración y la creciente autoestima de su personaje. No se limita a la comedia; la marca con toques de tristeza y anhelo que revelan la verdadera complejidad de Bailey. Jake Johnson, como el compañero de clase Tabitha, aporta un alivio cómico muy efectivo, sin perder la sinceridad que caracteriza a su personaje. El resto del elenco secundario, incluyendo a Jane Lynch, cumple con creces, dando vida a un cuadro de personajes secundarios memorables y realistas. La química entre los actores es palpable y fundamental para el éxito de la película.

El guion, escrito por Duff McKellar, es, en su mayor parte, sólido y original. La premisa inicial, la creación del "club de la lucha" para impresionar a Blake, el quarterback, es divertida y se convierte en el motor de la trama. Sin embargo, la película evoluciona hacia algo más profundo que una simple comedia romántica. La exploración de las presiones sociales, la autoimagen y la búsqueda de la identidad son tratados con sensibilidad y, sorprendentemente, con humor. Aunque algunas situaciones pueden sentirse ligeramente exageradas para el espectador adulto, la película logra mantener un tono realista y, a menudo, inspirador. Se reconoce la importancia de ser fiel a uno mismo, incluso cuando ello implica dejar de lado las expectativas de los demás. La película, aunque divertida, nos invita a reflexionar sobre cómo nos definimos a nosotros mismos y sobre el valor de la amistad verdadera.

Nota: 7.5/10