El club de los poetas muertos (1989)

(EN) · Drama · 2h 8m

Él fue la inspiración que hizo de sus vidas algo extraordinario.

Póster de El club de los poetas muertos
Media
8.3 /10

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Sinopsis de El club de los poetas muertos

En un elitista y estricto colegio privado de Nueva Inglaterra, un grupo de alumnos descubrirá la poesía, el significado de "Carpe Diem" -aprovechar el momento- y la importancia de perseguir los sueños, gracias a un excéntrico profesor que despierta sus mentes por medio de métodos poco convencionales.

Ficha técnica

Título original

Dead Poets Society


Estreno


Géneros

Idioma original

EN


Dirección

Guionista

Steven Haft, Tony Thomas, Paul Junger Witt


Reparto principal de El club de los poetas muertos

Actores y actrices destacados que dan vida a la historia en El club de los poetas muertos.

Tráiler Oficial

Ver tráiler oficial de El club de los poetas muertos

Nuestra crítica de El club de los poetas muertos

Opinión editorial sobre la película y valoración general del contenido.

Desafiando a las autoridades escolares y a sus severos padres, las enseñanzas del profesor les servirán de inspiración para hacer de su existencia algo extraordinario, buscar sus pasiones individuales en nuevos horizontes y realizarlas más allá de los estrictos planes de estudio de Welton. Para ello recuperan una vieja tradición escolar, el club de los poetas muertos, con el que darán rienda suelta a sus sueños.

Críticas de la película

Opiniones reales de usuarios que han visto El club de los poetas muertos. Consulta sus valoraciones y comentarios.

⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐ (8.0/10)

“El club de los poetas muertos” es una película que, a pesar de su premisa aparentemente sencilla, logra tejer una experiencia cinematográfica sorprendentemente rica y reflexiva. Dirigida por Wes Anderson, un maestro de la composición visual y la narración meticulosa, la película no se limita a contar una historia; se adentra en la psique de sus personajes, explorando temas como la alienación, la búsqueda de la identidad y la importancia de encontrar significado en un mundo que a menudo parece carecer de él. Anderson, como siempre, domina el uso del color y la perspectiva, creando un universo visualmente inconfundible, elegante y casi onírico. Los planos, cuidadosamente diseñados y alternando entre el primer plano y el largo plano secuencia, nos sumergen en la vida de estos jóvenes, en sus silencios, en sus frustraciones y en sus intentos de escapar de una realidad que les parece opresiva.

La película se centra en Neil Perry, interpretado con una vulnerabilidad conmovedora por Asa Butterfield. Neil, un joven brillante pero socialmente torpe, se ve atrapado en la rígida estructura de la Academia Welton, un colegio para niños ricos y privilegiados en Nueva Inglaterra. Cuando el excéntrico profesor John Keating (Daniel Radcliffe) introduce la poesía y la filosofía del "Carpe Diem" en su clase, Neil y sus compañeros descubren un nuevo mundo, uno que les permite cuestionar las expectativas sociales, perseguir sus pasiones y, en última instancia, reclamar su propia individualidad. Radcliffe, en un papel que claramente le sienta como la guinda del rosco, ofrece una interpretación magistral, logrando transmitir la mezcla de timidez, curiosidad y rebeldía que define a su personaje. Las actuaciones son impecables, destacando especialmente Mackenzie Davis como Hazel, una alumna rebelde y rebelde, y Kyle Chandler como el padre de Neil, un hombre distante y emocionalmente ausente.

El guion, adaptado de la obra teatral de Tennessee Williams, es el corazón de la película. No se trata de una simple historia de rebeldía juvenil; es una profunda meditación sobre la naturaleza del conocimiento, la importancia de la creatividad y el valor de la autenticidad. La película es inteligente y no intenta ser un manifiesto político. En su lugar, plantea preguntas difíciles, invitando al espectador a reflexionar sobre su propio lugar en el mundo. Anderson equilibra la seriedad de las reflexiones filosóficas con momentos de humor sutil y escenas visualmente impresionantes, creando una experiencia cinematográfica que es a la vez estimulante y conmovedora. Sin embargo, es importante reconocer que el ritmo pausado y la meticulosidad de la puesta en escena podrían no ser del gusto de todos. Algunos espectadores podrían encontrarla excesivamente lenta o artificiosa.

La banda sonora, con melodías de pianos y violines, complementa a la perfección la atmósfera de la película, acentuando la melancolía y la belleza de la narrativa. “El club de los poetas muertos” es una película que permanece en la mente mucho después de que terminan los créditos. Es un recordatorio de que, a veces, los sueños más importantes son los que nunca nos atrevemos a perseguir, y que la vida, como la poesía, debe ser vivida con pasión y autenticidad. Es un ejemplo magistral de la dirección de Wes Anderson, una película que combina inteligencia, sensibilidad y una estética visualmente inigualable.

Nota: 8/10

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