El colegio de los animales mágicos (2021)

“El Colegio de los Animales Mágicos” no es una película que busca romper esquemas o desafiar expectativas. Es, sencillamente, una fábula reconfortante y visualmente encantadora, una apuesta segura para la familia que busca entretenimiento sin pretensiones. La película se centra en la historia de Ida, una niña recién llegada a una nueva ciudad, que lucha por encontrar su lugar. Su encuentro con la misteriosa señorita Cornfield y la promesa de un animal mágico cambia radicalmente su vida, y a la de sus compañeros.

La dirección de John Polito es cuidadosa y observacional. Evita los clichés y las grandilocuencias, optando por una estética visualmente rica y cuidada, inspirada en el arte de los libros infantiles. El diseño de producción es particularmente notable, creando un mundo interior mágico, lleno de detalles que aportan profundidad y realismo a la fantasía. La película utiliza un color vibrante y una paleta de colores cálidos, evocando la atmósfera de un cuento de hadas moderno. La banda sonora, compuesta por Michael Giacchino, es sutil pero efectiva, complementando la narrativa y acentuando las emociones de los personajes.

El núcleo de la película reside en las actuaciones. Elle Fanning, como Ida, aporta una vulnerabilidad y una autenticidad que la hacen fácilmente identificable para el público infantil. La química entre Fanning y el joven talento Sam Horrigan (como Benni) es genuina y divertida. Sin embargo, es el personaje de Henrietta, interpretado por la veterana Jane Horrocks, quien roba los focos. Horrocks consigue infundir a la tortuga con una complejidad sorprendente, transmitiendo matices de sabiduría, sarcasmo y hasta un toque de melancolía. Es ella quien otorga un peso emocional considerable a la historia. La película no se limita a mostrar la magia de los animales; explora la importancia de la amistad, la aceptación y la superación de la soledad.

El guion, adaptado de la serie de libros de Angela Mackenzie, es, en general, bien construido. Si bien el ritmo es moderado y la trama no es particularmente original, la película logra transmitir un mensaje positivo y conmovedor. La idea de que los animales mágicos no son simplemente herramientas de poder, sino seres con sus propias personalidades y deseos, es un elemento central que añade una capa de complejidad a la narrativa. Algunas situaciones podrían haber sido más desarrolladas, pero la película se centra en la evolución emocional de los personajes, lo que compensa la falta de complejidad argumental. El mensaje de inclusión y la aceptación de la diferencia es especialmente relevante en la actualidad. No se trata de una película que te dejará pensando durante días, pero sí que te brindará un rato agradable y un mensaje positivo para llevarte a casa.

Nota: 7/10