“El consejero” (The Counselor) es una película de Dennis Villeneuve que, a pesar de su propuesta visualmente impactante y un ritmo que inicialmente puede resultar peculiar, se muestra como una experiencia cinematográfica que deja una sensación de incomodidad persistente. La historia, centrada en Matthew Granger (Michael Fassbender), un exitoso abogado especializado en divorcios, se complica al aceptar una propuesta de tráfico de drogas de un misterioso cliente, lo que lo arrastra a un mundo oscuro y peligroso de carteles de la droga y traiciones. La película logra establecer un tono inmediatamente inquietante, aprovechando la atmósfera opresiva de Nevada y la música de Trent Reznor y Atticus Ross, que intensifica la sensación de desasosiego y paranoia.
La dirección de Villeneuve es, como siempre, magistral. Logra construir una tensión palpable desde los primeros minutos, utilizando un montaje deliberadamente lento y contemplativo que permite al espectador sumergirse en la mentalidad de Granger, un hombre que, impulsado por el deseo de una vida mejor, se ve desbordado por las consecuencias de sus acciones. La película es una constante exploración de la moralidad ambigua; nadie es abiertamente bueno o malo, y las motivaciones de los personajes son a menudo confusas y contradictorias. El uso de la luz y la sombra, combinado con los paisajes áridos y desoladores del sur de Estados Unidos, contribuye significativamente a la atmósfera claustrofóbica de la trama. La película no ofrece respuestas fáciles, sino que invita a la reflexión sobre la tentación, la ambición y el precio del éxito.
Las actuaciones son sobresalientes. Michael Fassbender entrega una interpretación intensa y cautivadora como Granger, mostrando con maestría la lenta desintegración de su moralidad. Javier Bardem, como el capo Reiner, irradia un carisma oscuro y peligroso, mientras que Penélope Cruz aporta una sutileza y un encanto a la vez trágicos a su personaje. Sin embargo, es Cameron Diaz quien realmente destaca, ofreciendo una actuación impredecible y perturbadora como Malkina. La química entre Diaz y Fassbender es palpable y, a su vez, desgarradora. La película no se limita a mostrar la violencia física, sino que se centra en el impacto psicológico del crimen en los personajes, generando un impacto emocional duradero.
En cuanto al guion, si bien la trama es compleja y a veces confusa, se desarrolla de manera efectiva. Las diálogos son afilados y llenos de matices, y la construcción del mundo de la droga es creíble y realista. No obstante, la película podría haber tenido más profundidad en la exploración de las implicaciones morales y filosóficas de la trama. El ritmo pausado, aunque efectivo para crear tensión, a veces puede resultar un poco tedioso, y algunas subtramas podrían haberse desarrollado con más detalle. A pesar de ello, “El consejero” es una película que se queda en la mente mucho después de que termina, planteando preguntas difíciles sobre la naturaleza humana y las elecciones que tomamos. Es una película que, a pesar de sus defectos, merece la pena ser vista por su ambición visual y el impacto de sus personajes.
Nota: 7.5/10