El Demonio Vestido De Azul (1995)

“El Demonio Vestido De Azul” no es simplemente un thriller de detectives ambientado en la vibrante y oscura Los Ángeles de 1948, sino una pieza cinematográfica que se aferra a la memoria y al peso del pasado. Jordan Peele, conocido por su ingenio en “Get Out”, demuestra una notable evolución en su dirección, explorando las tensiones raciales y sociales de la época con una sutileza y una precisión que son verdaderamente impactantes. La película no se limita a una trama de investigación, sino que construye un retrato atmosférico de una ciudad marcada por la segregación, la pobreza y la violencia, un microcosmos donde los sueños se desvanecen y la justicia es un concepto relativo.

La actuación de Ashton Sanders como Ezekiel “Easy” Rawlins es, sin duda, el corazón de la película. Sanders transmite con una convicción palpable la lucha de un hombre joven, un afroamericano inteligente y hábil, que se ve arrastrado a un caso que va más allá de sus posibilidades. Es un personaje complejo, marcado por la pobreza, el racismo y la búsqueda de un futuro mejor. La química entre Sanders y Yahya Abdul-Mateen II, que interpreta al detective Carl Wheatly, es excelente, y la relación que se establece entre ambos se convierte en un eje central de la historia, añadiendo una dimensión emocional que enriquece la narrativa.

El guion, adaptado de la novela homónima de Walter Mosley, es brillante. Peele no rehúye de los elementos de suspense y misterio, pero los entrelaza con una reflexión sobre el racismo sistémico, la pérdida y la traición. La trama se desarrolla de una manera meticulosa, revelando pistas gradualmente, manteniendo al espectador en vilo y generando interrogantes que persisten incluso después de que los créditos finales hayan empezado a rodar. El uso de flashbacks, aunque utilizado con moderación, sirve para profundizar en la historia personal de Easy y para contextualizar sus motivaciones. La dirección de arte y la fotografía, con el icónico azul que omnipresente, no son solo un recurso estilístico, sino que simbolizan el luto, la pérdida y la sombra del pasado que acecha constantemente.

Sin embargo, la película no está exenta de pequeñas imperfecciones. Algunos podrían argumentar que el ritmo se ralentiza un poco en la segunda mitad, y que algunos de los personajes secundarios no están tan bien desarrollados como podrían estarlo. No obstante, estas son pequeñas quejas frente a la potencia general de la obra. "El Demonio Vestido De Azul" es una película que invita a la reflexión, que confronta al espectador con la dura realidad de la historia americana y que, a la vez, ofrece un thriller de suspense adictivo y visualmente impresionante. Es un triunfo para Jordan Peele, un director que no solo sabe entretener, sino que también sabe provocar.

Nota:** 8.5/10