El despertar (1980)

“El Despertar” es una película que se mueve con cautela entre el thriller de aventuras y el drama familiar, entregando una experiencia cinematográfica ambigua, a veces frustrante, pero que definitivamente merece la pena ser vista. La dirección de Alejandro Amenábar se distingue por su atmósfera opresiva, un telón de fondo egipcio que se inunda de un calor sofocante y de una sensación constante de amenaza latente. Amenábar no rehuye el uso de la luz y la sombra, creando una paleta visual que resalta el aislamiento de los personajes y amplifica la sensación de peligro inminente. Su manejo del ritmo es, sin embargo, irregular; momentos de tensión sostenida alternan con tramos de diálogo expositivo que, aunque necesarios para avanzar la trama, ralentizan el compás general. Es evidente su influencia en películas como “El Resplandor”, lo que le otorga una fuerte identidad visual y emocional, pero a veces la referencia es demasiado evidente, despojando de su propio impacto.

El reparto es sólido, con un Javier Bardem destacando como el Dr. Mateo Vargas, el arqueólogo atormentado por su pasado y obsesionado con la búsqueda de Kara. Bardem ofrece una interpretación compleja y sutil, logrando transmitir tanto la ambición científica del personaje como sus demonios internos. La joven Marta Milovanovic, en el papel de la ayudante, Lucía, aporta una energía juvenil y una vulnerabilidad que contrastan con la figura del Dr. Vargas. Sin embargo, el personaje de la esposa, interpretado por una siempre correcta Belén Rianzaquí, se siente desapasionado. Su motivación, si bien comprensible, no logra ser convincente, y sus acciones carecen de la profundidad necesaria para generar empatía. La relación entre Vargas y Lucía, sin embargo, es el corazón palpitante de la película, un vínculo de complicidad y respeto que se construye gradualmente a lo largo de la historia. Las tensiones, a menudo silenciosas y a través de miradas y gestos, son mucho más efectivas que cualquier diálogo.

El guion, escrito por Amenábar y Agustín Almodóvar, es donde la película experimenta sus mayores contradicciones. La premisa, la búsqueda de la faraona y la presunta maldición, está bien planteada y genera intriga desde el inicio. La construcción del misterio alrededor de Kara, la faraona y sus secretos, se realiza con un cuidado meticuloso, alimentando la curiosidad del espectador. No obstante, el desarrollo de la trama se complica por la inclusión de elementos de suspense y terror que, a veces, resultan gratuitos y poco cohesionados. La resolución del misterio, aunque satisfactoria, no ofrece la profundidad y el impacto emocional que se esperaría de una película con este tipo de ambiciones. El uso de la mitología egipcia, si bien visualmente rica, a veces se siente forzado y la conexión con la historia real es superficial. La película se queda en la superficie de sus elementos de suspense, sin profundizar en las implicaciones psicológicas o filosóficas de la búsqueda de Kara.

En definitiva, “El Despertar” es una película que ofrece momentos de gran tensión y belleza visual, pero que también presenta fallos en su guion y en el desarrollo de algunos de sus personajes. Es un thriller de aventuras interesante, pero que no alcanza las cotas de excelencia que prometía su premisa. Es una película que requiere paciencia del espectador, con la que posiblemente no siempre se sienta en sintonía. A pesar de sus imperfecciones, es una propuesta recomendable para los amantes del género y para aquellos que disfruten de las películas de Amenábar.

Nota: 6/10