“El día después de Navidad” (The Day After Tomorrow) no es, como su título sugiere, un cuento de advertencia climática, sino una comedia familiar cargada de clichés y, sin embargo, con momentos genuinamente entrañables. La película, dirigida por Mark Waters, se sumerge en la peculiar dinámica de una familia británica-caribeña con un toque de fama pop, ofreciendo un festín de personajes excéntricos y situaciones exageradas que, a pesar de su predecibilidad, logran mantener al espectador entretenido durante su duración.
La dirección de Waters es competente, manejando el ritmo de la película con soltura, aunque con una cierta previsibilidad en la forma en que se desarrollan los conflictos. La película no se toma la carga dramática demasiado en serio, permitiendo que el humor y la torpeza de los diálogos sean la principal fuente de entretenimiento. La fotografía es cuidada, aportando un contraste visual interesante entre el ambiente lujoso de Londres y el bullicio tropical de la isla natal de la familia.
El elenco es, en general, sólido. James Marsden ofrece una interpretación suave pero convincente como Melvin, un escritor atormentado por su pasado y un poco ingenuo en cuanto a las complejidades de las relaciones familiares. Michelle Pfeiffer, como la matriarca de la familia, es simplemente deslumbrante; su capacidad para ir de la frivolidad a la gravedad con una naturalidad asombrosa es la joya de la corona de la película. Aunque la trama se basa en la aparición repentina de una ex novia famosa (Sharon Horgan), esta actriz aporta una ironía y un cinismo deliciosos. Sin embargo, la película se apoya demasiado en la presencia de esta estrella pop para generar momentos de tensión dramática, lo que a veces resulta un poco forzado.
El guion, en su núcleo, es un pastiche de elementos familiares y de comedia romántica. Si bien la premisa es interesante, el desarrollo de la trama se siente algo apresurado y las motivaciones de algunos personajes no están completamente exploradas. La película se enfoca mucho en la creación de personajes exagerados y en situaciones cómicas que, aunque divertidas, a veces carecen de profundidad. La relación entre Melvin y Lisa, la prometida americana, no evoluciona de manera especialmente convincente y se construye más por contraste con las dinámicas familiares que ya existen. La vuelta de Georgia, la ex novia, se siente como un recurso de guion a último momento, más que una parte orgánica de la historia. Sin embargo, la presencia de Horgan logra aportar un alivio cómico y una pizca de tensión genuina a la trama.
En definitiva, "El día después de Navidad" es una película ligera y entretenida, perfecta para una noche de cine familiar. No es una obra maestra, pero ofrece una dosis saludable de humor, un elenco agradable y un ambiente festivo. Es una comedia que no pretende revolucionar el género, pero que consigue su objetivo: hacer reír y pasar un buen rato.
Nota: 6/10