El disidente (2020)

“El Disidente” no es un documental que se ve, sino uno que se siente. Dirigido por Bryan Fogel, la película se adentra en el complejo y doloroso caso de Jamal Khashoggi, un periodista saudí que, en octubre de 2018, desafió al régimen de la Casa de Saud y perdió la vida a consecuencia de su crítica. Fogel, quien inicialmente se había propuesto investigar las conexiones entre Donald Trump y las prácticas de salud saudíes, vio en el asesinato de Khashoggi una oportunidad para profundizar en un relato de opresión y brutalidad, ampliando el alcance de su investigación de forma magistral.

El documental se construye no como una investigación forense al estilo de un programa policial, sino más bien como un mosaico de testimonios, documentos de archivo, entrevistas con la prometida de Khashoggi, Hanan Algourd, y con una amplia red de disidentes, periodistas y analistas políticos. Esta multiplicidad de voces otorga a la película una riqueza innegable, ofreciendo perspectivas contrastantes que iluminan la magnitud del crimen y las implicaciones políticas que lo rodean. La persistente voz de Hanan Algourd, su dolor y su determinación de buscar justicia, es el corazón emocional de la película, impulsando al espectador a exigir respuestas y a cuestionar la impunidad que rodea el caso.

La dirección de Fogel es cuidadosa y respetuosa, permitiendo que los testimonios hablen por sí mismos. Evita la dramatización excesiva y se centra en la documentación, lo que le confiere a la película una sensación de autenticidad y credibilidad. Sin embargo, no se limita a presentar hechos; la película plantea preguntas incómodas sobre la influencia de Estados Unidos en Arabia Saudí, el papel de la inteligencia estadounidense y la creciente erosión de los derechos humanos en un reino que se ha presentado como un aliado fundamental en la lucha contra el terrorismo. El uso de material de archivo, como conversaciones filtradas y grabaciones de audio, añade peso a la narrativa y refuerza la sensación de que estamos presenciando un evento de proporciones alarmantes.

Las actuaciones, si bien no se trata de personajes en el sentido tradicional, se concentran en los individuos que ofrecen sus experiencias y perspectivas. La voz de Khashoggi, a través de sus escritos y grabaciones, es omnipresente, recordándonos constantemente su compromiso con la libertad de prensa y la democracia. La ausencia física de Khashoggi es palpable, y su historia se convierte en un grito de denuncia contra la represión y la impunidad. La película, en su conjunto, es un homenaje a su memoria y una llamada a la acción para defender los derechos humanos y la libertad de prensa en todo el mundo.

“El Disidente” es un documental difícil de ver, pero esencialmente importante. No ofrece respuestas fáciles, sino que obliga al espectador a enfrentarse a una realidad brutal y a cuestionar su propia responsabilidad. Su narrativa, aunque a veces dispersa, logra su objetivo principal: mostrar la desaparición de un hombre y las consecuencias de su crítica. Es una obra que merece ser vista y discutida.

Nota: 8/10