El escándalo del día (1935)

“El escándalo del día” es un thriller de intriga con un ritmo implacable y una atmósfera palpable que, a pesar de no llegar a la perfección narrativa, consigue mantener al espectador cautivado hasta el final. La película, dirigida por Daniel Furlong, se centra en Jim Branch (interpretado con una ternura sorprendente por parte de Jason Clarke), un editor de una publicación de sociedad que se ve arrastrado a un caso de asesinato con implicaciones que se extienden hasta los círculos más exclusivos de la alta sociedad londinense. La trama, aunque no reinventa la rueda, explora temas de ambición, corrupción y el precio del secreto con una inteligencia que invita a la reflexión.

La dirección de Furlong se caracteriza por una atención al detalle impecable. La ambientación, una Londres empapada de niebla y lujo decadente, es casi un personaje más. La película captura magistralmente la opulencia de los personajes y, al mismo tiempo, el letargo moral que parece impregnar sus vidas. Las escenas de intriga, las conversaciones tensas en habitaciones oscuras, y las reuniones clandestinas se construyen con una precisión visual que favorece la sensación de peligro inminente. La fotografía, con una paleta de colores sombríos y contrastes marcados, refuerza esta atmósfera de misterio y desconfianza. Hay un cierto mérito en la forma en que la película no se entrega al melodrama, sino que se centra en la lógica interna del personaje de Clarke, en su dilema moral al conocer a Sharon Norwood y, más adelante, en la complejidad de sus motivaciones.

Jason Clarke ofrece una actuación excepcionalmente sutil y contenida. Su Jim Branch no es un héroe tradicional. Es un hombre inteligente, ambicioso y, en cierta medida, moralmente ambiguo. La evolución de su personaje, desde un hombre de negocios pragmático hasta un individuo comprometido en un juego peligroso, es el corazón de la película. Aunque el guion, a veces, se apoya en clichés del género, Clarke consigue infundir a su personaje con una humanidad que lo hace creíble y simpático, incluso cuando toma decisiones cuestionables. La química entre Clarke y la elegante Sharon Norwood, interpretada con frialdad y magnetismo por Naomi Ackie, es otro punto fuerte de la película, generando un juego de seducción y manipulación que impulsa la trama. Sin embargo, la película no profundiza lo suficiente en las motivaciones de Sharon, dejándola en una posición a veces unidimensional, aunque su presencia es fundamental para el desarrollo de la historia. La complejidad del guion reside en la forma en que se revela la verdad, con giros inesperados que mantienen al espectador alerta.

A pesar de algunos problemas de ritmo en el desarrollo de la trama y un argumento que, en su base, no es particularmente original, “El escándalo del día” es una película entretenida y visualmente atractiva. La sólida actuación de Jason Clarke y el ambiente opulento y oscuro de Londres lo convierten en una opción recomendable para los amantes del thriller de intriga. Es un ejercicio de dirección sólido y con una buena dosis de suspense.

Nota: 7.5/10