El extraño (2022)

“El extraño” (The Strange) de Brady Corrick no es una película que te abra las puertas a un universo cinematográfico épico, ni mucho menos. Es, en cambio, una atmósfera densa, inquietante y claustrofóbica que se instala bajo la piel del espectador y te obliga a preguntarte si lo que ves es real o producto de una mente herida. La película se centra en la transición de una joven, Sarah, hacia la vida adulta, y la forma en que una nueva realidad, marcada por el miedo y la paranoia, la confronta con sus propios demonios internos. Corrick logra, con maestría, construir una experiencia narrativa que se basa fundamentalmente en la sugerencia, en la ausencia de respuestas fáciles y en la creación de una sensación constante de incomodidad.

La dirección de Corrick es una de las fortalezas indiscutibles de la película. Evita los trucos visuales baratos y las explicaciones rebuscadas, optando por una fotografía sombría y desaturada que intensifica la sensación de aislamiento y vulnerabilidad. El uso de la iluminación, a menudo tenue y contrastada, juega un papel crucial en la construcción de la atmósfera. Las largas tomas, con movimientos de cámara suaves pero deliberados, contribuyen a crear un ritmo lento y contemplativo que permite al espectador inmerso en la experiencia. No es una película para quemar cerebros, pero sí para sentirse profundamente incómodo y reflexionar sobre la fragilidad de la realidad percibida.

El núcleo de la película reside en la actuación de Saoirse Ronan, quien ofrece una interpretación excepcionalmente sutil y conmovedora. Ronan transmite magistralmente la creciente paranoia y el miedo de Sarah, sin recurrir a expresiones faciales exageradas. Su actuación se basa en la mirada, en el lenguaje corporal y en la vulnerabilidad silenciosa que irradia. La química entre Ronan y Joseph Quinn, quien interpreta al prometido de Sarah, es otro punto fuerte, aunque su relación se presenta desde el principio con una cierta distancia que sugiere que las aguas estarán lejos de ser tranquilas. La relación entre ambos, marcada por la incomunicación y el miedo, actúa como un espejo de la propia desorientación de Sarah.

El guion, aunque a primera vista sencillo, se beneficia de la ambigüedad que Corrick introduce. No se explica quién o qué está acechando a Sarah, ni se ofrece una justificación lógica para la presencia del vigilante. Esta decisión, que podría considerarse una debilidad por parte de algunos, es precisamente lo que hace que la película sea tan efectiva. La ambigüedad fuerza al espectador a cuestionar su propia percepción de la realidad y a proyectar sus propios miedos e inseguridades en la historia. La película no ofrece respuestas, pero sí provoca preguntas. Es una experiencia que queda grabada en la memoria, no por su trama compleja, sino por la atmósfera opresiva que genera y la inquietante sensación de que algo no está del todo bien.

En definitiva, "El extraño" es una película inquietante y perturbadora que se aleja de las convenciones del thriller moderno. Es una experiencia cinematográfica que se disfruta con cautela, con la conciencia de que no se trata de una película fácil de digerir, pero que ofrece una recompensa a aquellos que estén dispuestos a dejarse llevar por su atmósfera opresiva y sus silenciosas preguntas.

Nota: 7.5/10