El extraordinario viaje de T.S. Spivet (2013)

“El extraordinario viaje de T.S. Spivet” es una película que se queda con la memoria por su particular atmósfera y por la forma en que construye una narrativa visualmente rica, aunque un tanto lenta. Dirigida por David Lowery, la película nos presenta a T.S. Spivet, un niño de diez años con una habilidad asombrosa para la cartografía, que se ve inesperadamente recompensado con una beca para viajar a través de Estados Unidos, documentando su talento y dibujando mapas. El film no se centra en la aventura en sí, sino en el viaje interno del protagonista y en la forma en que su visión del mundo se ve desafiada y transformada a través de sus encuentros con las personas que conoce.

La dirección de Lowery es notablemente contemplativa. Utiliza planos largos, tomas extensas y un uso creativo de la cámara que se integra perfectamente con el entorno de Montana. La película se siente casi como un relato ilustrado, donde cada encuadre es cuidadosamente compuesto para transmitir emociones y perspectivas. El ritmo pausado, aunque pueda resultar un poco denso para algunos espectadores, permite que la película respire y nos sumerge en la vida del niño. Sin embargo, a veces esta lentitud puede sentirse excesiva, llegando a un punto donde la contemplación se convierte en mero vaciado de tiempo. La banda sonora, con piezas instrumentales evocadoras, complementa a la perfección la atmósfera melancólica y a la vez soñadora del film.

La actuación de Jacob Tremblay es, sin duda, el corazón de la película. Logra transmitir la inteligencia y la sensibilidad de T.S. Spivet de una manera convincente. Su mirada es la de un niño observador, un niño que percibe el mundo con una profundidad que a menudo escapa a los adultos. El resto del reparto, aunque con roles secundarios, está bien interpretado, destacando particularmente la figura materna de T.S., interpretada por Krasseley Coleman. La relación entre T.S. y su madre es la pieza central de la narrativa y la película explora con sutileza los desafíos y la belleza de la comunicación, especialmente entre padres e hijos.

El guion, adaptado de la novela homónima de Courtney Fairchild, es inteligente y poético. No se limita a contar una historia, sino que explora temas como la soledad, la familia, la comunicación, la búsqueda de identidad y la importancia de la imaginación. La película plantea preguntas sobre la percepción, la verdad y la forma en que construimos nuestras propias historias. Si bien la trama principal es sencilla, el guion está repleto de detalles sutiles y reflexiones profundas que invitan a la contemplación después de abandonar el cine. El uso del lenguaje, tanto en las conversaciones entre T.S. y otros personajes, como en sus propios dibujos y mapas, es especialmente efectivo.

En definitiva, “El extraordinario viaje de T.S. Spivet” es una película singular, que recompensa a los espectadores que están dispuestos a sumergirse en su particular ritmo y a prestar atención a sus detalles. No es una película para todos los públicos, pero para aquellos que aprecien la belleza de la contemplación, la inteligencia emocional y la exploración de la infancia, es una experiencia memorable.

Nota: 7/10