El final de la cuenta atrás (1980)

“El final de la cuenta atrás” (The Last Run) es una película que, aunque posee una premisa de ciencia ficción intrigante y un gran potencial narrativo, finalmente se queda en un territorio bastante plano y decepcionante. La historia, centrada en la tripulación de un moderno portaviones estadounidense que, tras una inexplicable tormenta en las costas de Hawái, se transporta a Pearl Harbor el 7 de diciembre de 1941, genera inicialmente una sensación de urgencia y suspense. Sin embargo, la película, dirigida con una relativa sencillez por Michael hapkins, no logra desarrollar plenamente la tensión y los dilemas morales que podría haber explorado con mayor profundidad.

La dirección es competente, manejando bien los espacios amplios y la escala de la nave, lo que contribuye a generar una sensación de inmensidad y vulnerabilidad. Sin embargo, la cinematografía, aunque visualmente limpia, carece de un estilo particular que la diferenciara. La película se apoya mucho en el espectáculo visual, mostrando las explosiones y los combates a gran escala, pero no invierte lo suficiente en la atmósfera o en la caracterización del entorno histórico. Se siente, en ocasiones, más como un montaje de efectos especiales que como un relato de época meticulosamente construido.

Las actuaciones son generalmente sólidas, con un Eric Dane particularmente convincente como el capitán de la nave, intentando mantener el control de una situación caótica y el peso de la responsabilidad sobre sus hombros. El resto de la tripulación, interpretada por un elenco de actores secundarios de calidad, cumple su función, pero no tienen mucho espacio para demostrar profundidad o complejidad. Sin embargo, el guion es el punto débil fundamental de la película. Si bien la idea de un viaje en el tiempo con implicaciones históricas es interesante, la ejecución es torpe y llena de agujeros argumentales. Las motivaciones de los personajes son a menudo poco claras, y las decisiones que toman, en momentos cruciales, se sienten arbitrarias y poco lógicas. Se intenta explorar temas como la rendición de la moral en tiempos de guerra, la fragilidad del futuro y la importancia de recordar el pasado, pero estos temas se presentan de forma superficial, sin llegar a profundizar en su significado.

La película, a pesar de su ambición inicial, termina siendo una película de acción más que de ciencia ficción con sustancia. No es un fracaso absoluto, y algunas escenas son visualmente impactantes, pero en última instancia, se siente como una oportunidad desperdiciada. La premisa podría haber sido el trampolín para una historia fascinante y provocadora, pero el guion inconsistente y la falta de exploración de los temas centrales le impiden alcanzar su máximo potencial. En resumen, "El final de la cuenta atrás" es una película entretenida, pero que decepciona por su ejecución y su incapacidad para elevarse por encima de la simple espectacularidad.

Nota: 6/10