“El golpe perfecto” (Perfect Getaway), la última entrega del director Nicolas Holt, no es una película que se olvida fácilmente. Con una ambientación visualmente impactante y un guion que, a pesar de sus puntos débiles, consigue mantener la tensión durante la mayor parte de su duración, ofrece una experiencia cinematográfica digna de consideración, aunque lejos de ser un clásico indiscutible. La película se centra en Gabriel Caine (Ben Woods), un carismático y ambicioso timador que ve en Diggstown, una ciudad con una obsesión incontrolable por el boxeo y las apuestas, la oportunidad perfecta para llevar a cabo el golpe más grande de su carrera.
Holt construye con maestría la atmósfera de Diggstown, un lugar sombrío y decadente donde la esperanza y la desesperación coexisten en un equilibrio precario. La dirección es particularmente fuerte en las escenas de las peleas de boxeo, que, aunque coreografiadas de manera sencilla, logran transmitir la brutalidad y la intensidad del deporte. La banda sonora, con un ritmo que alterna entre la elegancia y el peligro, acentúa las sensaciones de suspense y agitación que impregnan la película. Sin embargo, la película no se queda solo en la estética; el director sabe jugar con los flashbacks para revelar gradualmente la historia de Caine y las motivaciones detrás de su plan.
La actuación de Ben Woods como Gabriel Caine es uno de los puntos fuertes de la película. Woods transmite con éxito la ambición, la astucia y la vulnerabilidad de su personaje, logrando que el espectador empatice con sus acciones, a pesar de su carácter moralmente ambiguo. La presencia de Bruce Dern como el “Big Daddy” Jack Sullivan, un prominente empresario y el principal objetivo de Caine, aporta una profundidad y un peso emocional a la trama. Dern, con su característica intensidad, ofrece una interpretación sólida, pero a veces su personaje queda un poco plano. Gossett, por otro lado, como Honey Roy Palmer, el exboxeador, se limita a ser un catalizador de la trama, sin desarrollar al máximo su potencial.
El guion presenta algunas lagunas. Si bien la estructura general es sólida, la trama se vuelve un poco predecible en los últimos actos. La exploración de las motivaciones de algunos personajes secundarios podría haber sido más profunda. La película se centra en la planificación y la ejecución del golpe, dejando de lado algunos aspectos más complejos del carácter de Caine. No obstante, la escritura se beneficia de diálogos agudos y escenas de tensión bien construidas. La película no pretende ser una obra maestra, sino un thriller entretenido y bien ejecutado, que explora temas como la ambición, la traición y la moralidad.
En definitiva, “El golpe perfecto” es un thriller de giros argumentales que, aunque no sorprende constantemente, ofrece una experiencia cinematográfica satisfactoria. Es una película recomendable para aquellos que disfrutan de este género y que buscan una historia con ritmo y personajes interesantes. Nota: 7/10