El gran año (2011)

“El gran año” (The Nice Guys) es una comedia neo-noir de 2016 que, a primera vista, parece una fórmula: tres hombres con vidas complejas, un caso en el que investigar y una buena dosis de humor negro. Sin embargo, la película de Shane Black y Corey Stoll trasciende la simple fórmula, ofreciendo una experiencia cinematográfica sorprendentemente inteligente, divertida y, sobre todo, con un gran corazón. No es solo una comedia, sino una pequeña oda a la amistad, la lealtad y a la aceptación de las imperfecciones.

La película se centra en Holland Dobbins (Steve Martin), un detective privado con un pasado oscuro, y Trent McKinley (Jack Black), un ex-detective enredado en el mundo de la seguridad privada. Ambos personajes, impulsados por sus propios demonios internos – la soledad, el arrepentimiento y la necesidad de redención – se ven obligados a colaborar cuando una joven, Natalie (Izabel Castro), es encontrada muerta y la investigación apunta hacia una conexión con una famosa cantante de jazz. La dinámica entre Martin y Black es, en esencia, el corazón de la película. Su química es palpablemente natural, basada en un respeto mutuo y una inesperada comprensión. Martin, con su característico humor seco y su habilidad para la improvisación, aporta una vulnerabilidad que contrasta con la exuberancia de Black. Black, por su parte, se desvive por interpretar un personaje con una vitalidad y un exceso de energía que es a la vez exasperante y entrañable. Pero no se trata solo de ellos dos: la llegada de ambicioso y algo torpe policía (Cole Holt, interpretado por Owen Wilson) proporciona un contrapunto perfecto, añadiendo una capa de autenticidad a la trama.

La dirección de Shane Black es meticulosa y llena de detalles. El estilo visual, influenciado por las películas de los años 70, con sus escenarios bajos en luces, sus colores apagados y sus referencias a la cultura pop de la época, es inconfundible y contribuye a la atmósfera de la película. La banda sonora, con sus riffs de funk y soul, es impecable y refuerza la tensión y el humor. El ritmo de la película es impecable, equilibrando diálogos ingeniosos con momentos de acción trepidante, y la tensión dramática se mantiene constante a lo largo de las casi dos horas de duración. Los diálogos, a menudo llenos de ingenio y doble sentido, son uno de los puntos fuertes de la película, y las interacciones entre los tres protagonistas son memorables. La película se atreve a explorar temas complejos como la corrupción, la lealtad y el perdón, pero lo hace con un toque ligero y accesible. La película no teme a la autoconsciencia, y a menudo utiliza el humor para abordar situaciones delicadas, lo que contribuye a su frescura y originalidad.

Sin embargo, la película no está exenta de algunos fallos. El desarrollo de la trama principal, aunque entretenida, podría haber sido más profundo y se siente, en ocasiones, un poco apresurado. Algunos personajes secundarios, aunque interesantes, no tienen el tiempo suficiente para desarrollarse plenamente. A pesar de ello, “El gran año” se consolida como una comedia noir inteligente y original, que ofrece una experiencia cinematográfica gratificante para aquellos que busquen algo diferente. Es una película que te hace reír, reflexionar y, sobre todo, te recuerda que la amistad puede ser la mejor aventura.

Nota:** 8/10