
El gran despilfarro (1985)
(EN) · Comedia · 1h 37m
Una historia de exceso estadounidense.

Dónde ver El gran despilfarro
Actualmente no se encuentra disponible para ver en plataformas de streaming en España.
Sinopsis
Brewster es un jugador de las ligas menores de béisbol. Aunque no lo conocía, un rico pariente suyo acaba de fallecer y, para probar que Brewster comprende el valor del dinero, le impone en su testamento la prueba de derrochar 30 millones de dólares en cosas inútiles en un mes, sin poder poseer al final de ese tiempo absolutamenta nada de lo que haya gastado. Si tiene éxito, heredará otros 300 millones de dólares.
Ficha de la película
Brewster's Millions
EN
Lawrence Gordon, Joel Silver
Reparto principal de El gran despilfarro
Actores y actrices destacados que dan vida a la historia en El gran despilfarro.
Tráiler Oficial

Nuestra crítica de El gran despilfarro
Opinión editorial sobre la película y valoración general del contenido.
Para finalizar, quiero agregar que esta película es una excelente opción para pasar un buen rato con familia y amigos, ya que su humor irónico e ingenioso se adapta a todos los gustos. ¡Espero que os guste 'El gran despilfarro' como lo hizo a mí!
Críticas de la película
Opiniones reales de usuarios que han visto El gran despilfarro. Consulta sus valoraciones y comentarios.
“El gran despilfarro” (The Big Short) de Adam McKay es mucho más que un simple relato sobre la crisis financiera de 2008. Es una sátira mordaz, inteligente y sorprendentemente emotiva sobre la avaricia, la estupidez y la pérdida de la ética en el mundo de los negocios. McKay, conocido por su estilo irreverente y su habilidad para exponer la hipocresía, construye una narrativa que, si bien comienza con una premisa aparentemente absurda – gastar 30 millones de dólares en objetos inútiles – se convierte en un potente comentario social.
La dirección de McKay es, como es habitual, frenética y dinámica. La película salta constantemente entre diferentes perspectivas: la de Brewster, el analista financiero en apuros que se ve obligado a esta tarea titánica; la de Steve Eisman, el veterano banquero que lidera un grupo de pequeños inversores que previeron la burbuja inmobiliaria; la de Michael Lewis, el autor de ‘The Big Short’ que sirve como narrador. Esta multiplicidad de voces aporta frescura y complejidad al relato, permitiendo al espectador comprender la crisis desde múltiples ángulos y, lo que es más importante, entender la dinámica de poder que condujo a ella. McKay no rehúye de la rapidez en sus cortes y la edición es intencionalmente caótica, imitando la voracidad del mercado financiero que describe.
Las actuaciones son sobresalientes. Ryan Gosling, en el papel de Brewster, ofrece un retrato sutil y conmovedor de un hombre que se ve arrastrado por un sistema que no comprende. Margot Robbie, en su breve pero impactante aparición, irradia energía y un cinismo implacable. Steve Carell, como Michael Burry, el excéntrico inversor que apostó contra el mercado, es simplemente brillante. Su actuación es una mezcla perfecta de vulnerabilidad y paranoia. Paul Dano, como Danny Vidot, el joven que se encargará de transportar el dinero, suma una dimensión humana y realista al relato. La química entre los actores es palpable y contribuye enormemente a la credibilidad de la película.
Sin embargo, el verdadero corazón de la película reside en su guion. McKay no se limita a describir los eventos; él los disecciona, revelando la complacencia, la falta de escrúpulos y la completa desconexión entre los banqueros y la realidad. La película, a través de la premisa del despilfarro, explora la obsesión por la ganancia a cualquier coste y la facilidad con la que se pueden manipular las regulaciones para beneficio propio. La película logra un equilibrio perfecto entre la comedia negra y la tragedia, dejando al espectador con una sensación agridulce de indignación y una profunda reflexión sobre el futuro de la economía y la responsabilidad individual. La inversión en objetos aparentemente ridículos, como un escultor que crea obras de arte con globos de aluminio, sirve no solo de humor, sino de metáfora para la vacuidad de la especulación financiera. No es una película fácil de ver, pero es una película crucial para entender el contexto de la crisis de 2008 y los errores que llevaron a ella.
Nota: 9/10
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