El gran lío en la universidad (1984)

“El Gran Lío en la Universidad” no es un hito cinematográfico, ni mucho menos una exploración profunda de la adolescencia y la sexualidad. Sin embargo, la película sorprende por su honestidad brutal y por su retrato, aunque algo caricaturesco, de la ansiedad juvenil. Dirigida con un estilo deliberadamente desaliñado, la película se sitúa dentro de la comedia adolescente, un género que, a menudo, se limita a la superficie, pero que en este caso consigue, de alguna manera, conectar con el espectador gracias a su particular visión del drama y la incomodidad.

La historia, centrada en Leslie y Alan, se desenvuelve con un ritmo rápido y sin grandes complicaciones narrativas. El guion, escrito por Todd Mayo y Peter Ashwin, se apoya en situaciones cotidianas – exámenes, deportes, fiestas – para construir la tensión y la desesperación de los protagonistas. No obstante, a veces la película cae en lugares predecibles y la resolución, aunque satisfactoria, resulta algo forzada. La trama, al basarse en la falsedad médica como catalizador, podría haber sido utilizada para explorar temas más profundos sobre la muerte, la aceptación y el significado de la vida. Sin embargo, la película se concentra principalmente en la urgencia y la frustración de los personajes, lo que la convierte en una experiencia un tanto superficial.

Las actuaciones son notables. Grace Palmer, como Leslie, transmite con naturalidad la confusión, la desesperación y la vulnerabilidad de una adolescente que lucha contra sus miedos y sus impulsos. Su interpretación es convincente y permite al espectador empatizar con sus emociones. Por otro lado, Ethan Erickson, interpretando a Alan, aporta una dosis de humor torpe y desquiciamiento que le da un toque particular al personaje. El personaje de Alan, con sus obsesiones y su incapacidad para controlar sus pensamientos, es quizás el más interesante del filme, aunque su comportamiento a veces se acerca a lo absurdo.

La dirección de Kevin Miller es funcional y no aporta grandes novedades. El uso de una estética juvenil, con colores vibrantes y una banda sonora pop de los 90, contribuye a crear la atmósfera adecuada para la historia. Sin embargo, la dirección se centra en la representación de las situaciones y los personajes, sin intentar ofrecer una reflexión más profunda sobre los temas abordados. La película se contenta con mostrar el caos interno de los personajes, sin explorar las causas subyacentes de su angustia. En definitiva, “El Gran Lío en la Universidad” es un entretenimiento ligero y divertido, pero que no dejará una huella duradera en el espectador.

Nota: 6/10