El gurú del sexo (2002)

“El Gurú del Sexo” (1999), de Woody Allen, no es una película fácil de clasificar. Es, en esencia, una comedia negra con elementos de sátira social, pero se encuentra, sorprendentemente, con una elegancia que invita a la reflexión. La película, a primera vista, es una historia de seducción y accidentalidad, pero subyace una crítica mordaz a la superficialidad y la necesidad de significado en la sociedad neoyorquina de finales del siglo XX.

La trama, que nos presenta a Julianne Moore, interpretada de forma absolutamente magistral, como una animadora de un club nocturno que se ve accidentalmente confundida con un gurú espiritual, es en sí misma un poco absurda. La premisa es deliberadamente ridícula, y Woody Allen la abraza con su habitual humor autodepreciativo. Sin embargo, la dirección de Allen es impecable: crea una atmósfera densa y onírica que, lejos de restar valor a la historia, la enriquece enormemente. Utiliza una paleta de colores apagada y un montaje frenético que reflejan el estado mental fragmentado y desorientado de su protagonista. La dirección de fotografía de Vittorio Storaro es notable, jugando con la luz y la sombra para acentuar el contraste entre la mundanidad de la vida de Julianne Moore y la supuesta trascendencia que le atribuyen.

La actuación de Moore es, sin duda, el pilar central de la película. Su interpretación de Julianne Moore, una mujer desaliñada, insegura y con una profunda necesidad de ser amada, es una de las mejores que he visto de ella. Captura con precisión la vulnerabilidad y el humor de un personaje que, a pesar de sus circunstancias extraordinarias, sigue siendo profundamente humano. La química entre Moore y Woody Allen, aunque a menudo tensa y llena de sarcasmo, es palpable y esencial para el éxito de la película. El resto del elenco, incluyendo a Colin Farrell, ofrece interpretaciones sólidas, pero Moore se alza por encima de todos.

El guion, adaptado de la obra teatral de David Ives, es un laberinto de diálogos inteligentes, situaciones cómicas y momentos de cierta profundidad emocional. Allen no se rehúsa a mostrar las fallas y la superficialidad de los personajes, y la película critica, de manera sutil pero contundente, la búsqueda de la fama y el reconocimiento en una cultura que a menudo valora la apariencia sobre la sustancia. A pesar de lo absurdo de la premisa, la película explora temas relevantes como la identidad, la autenticidad y la importancia del amor verdadero. No obstante, la trama puede sentirse un poco confusa en algunos momentos, y la resolución, aunque satisfactoria, parece un poco apresurada.

En definitiva, “El Gurú del Sexo” es una película que desafía las expectativas. Es un trabajo complejo y multifacético que, a pesar de sus defectos, es digna de ser vista y analizada. Es una película que te hace reír, reflexionar y, quizás, cuestionar las prioridades de una sociedad obsesionada con la fama y el éxito.

Nota: 7.5/10