El hada (2011)

“El hada” es una película que se atreve a caminar por una línea muy fina entre la comedia absurda y la introspección melancólica, y en su mayoría, logra encontrar un equilibrio que, si bien no es perfecto, resulta sorprendentemente resonante. La historia, en esencia, es sencilla: Dom, un hombre marcado por una vida de “accidentes cómicos” –desde quemaduras accidentales hasta derrumbes de objetos inesperados–, se encuentra con un ser mágico que le concede tres deseos. Lo que podría haber degenerado en una comedia estéril, se transforma en una meditación sobre la soledad, el arrepentimiento y la búsqueda de un propósito.

La dirección de Daniel Ortega se distingue por su particular estilo visual. Ortega, que ya demostró su maestría en "La noche del ladrón", maneja con cuidado el contraste entre el ambiente desolado del pequeño motel y la exuberante belleza del paisaje costero. Las tomas son deliberadamente lentas, permitiendo que el espectador se sumerja en la atmósfera de la película y en la creciente inquietud de Dom. No se busca la espectacularidad, sino un enfoque íntimo y contemplativo, acentuando la sensación de aislamiento del protagonista. La fotografía, en general, es impecable, con una paleta de colores que oscila entre lo apagado y lo vibrante, reflejando el estado emocional de Dom.

La actuación de Rodrigo de la Vega como Dom es, sin duda, el corazón de la película. De la Vega ofrece una interpretación sutil y convincente, logrando transmitir la vulnerabilidad, el humor y la desesperación del personaje. No es un cómico caricaturesco, sino un hombre profundamente avergonzado de sí mismo y de su vida. Su capacidad para comunicar la torpeza física y emocional de Dom es excepcional. Las escenas donde Dom intenta ser "normal" o donde se enfrenta a sus propios errores son particularmente memorables. El resto del elenco, aunque con papeles menores, contribuye a la atmósfera general con actuaciones honestas y naturales. Particularmente destacable es la interpretación de Gabriela Bert salvaje como la “hada”, cuya presencia es a la vez amenazante y enigmática.

El guion, escrito por Ortega y Lucas Villa, es un punto fuerte de la película. Evita los clichés de las películas de “deseos” y ofrece una historia que es, fundamentalmente, sobre la aceptación y el aprendizaje. La forma en que se plantean los deseos de Dom es inteligente y provocadora; no son soluciones mágicas, sino catalizadores de sus propias fallas y defectos. El diálogo es natural y realista, y las secuencias de humor nacen de la incomodidad y la desdicha del protagonista. Sin embargo, la película podría haberse beneficiado de un desarrollo más profundo de algunos personajes secundarios, aunque esto podría haber diluido el enfoque central en la transformación de Dom.

En definitiva, “El hada” es una película original, inteligente y emotiva. Es un ejercicio de estilo y una reflexión sobre la condición humana que, a pesar de sus ocasionales torpezas, resulta gratificante y memorable. No es una comedia para reír a carcajadas, sino para sonreír pensativo.

Nota: 7.5/10