El halcón inglés (1999)

‘El Halcón Inglés’ (1981) no es simplemente una película de acción; es un manifiesto sobre la venganza, la soledad y la pérdida, envuelto en un envoltorio de violencias brutales y un estilismo visual inconfundible. Ridley Scott, a su debut como director, entregó una obra que, a pesar de ser de bajo presupuesto, se erigió como un hito del cine de acción neo-noir, influyendo profundamente en generaciones posteriores de directores y películas. La película, con un presupuesto de apenas 7 millones de dólares, contrasta fuertemente con la escala de la violencia que presenta, lo que contribuye a su impacto visceral.

El guion, coescrito por Jeb Stuart y David Mamet, es conciso y directo. Scott, en colaboración con el equipo de producción, logra mantener un ritmo implacable desde el principio. No se andan con rodeos; el objetivo de Wilson (Harrison Ford) es claro: encontrar a sus agresores y vengarse. La trama se centra en la investigación, en la búsqueda de información fragmentada que Wilson debe ensamblar a base de confrontaciones violentas. Aunque el desarrollo de personajes es limitado, la fuerza del personaje principal reside en su determinación y su silencio incómodo. La película evoca elementos de clásicos del cine negro, pero lo fusiona con la estética de la película de Sergio Leone, con largas tomas de exteriores y un ambiente de desolación palpable.

La dirección de Ridley Scott es, sin duda, el punto fuerte de la película. Su uso de la cámara es magistral, creando una atmósfera claustrofóbica y opresiva. Las escenas de persecución son increíblemente efectivas, utilizando la cámara en movimiento y la planificación meticulosa para generar tensión y sorpresa. La cinematografía de Geoffrey Peary, con el uso predominante de colores apagados y la iluminación contrastada, realza la atmósfera sombría y de desesperación. La banda sonora de Tangerine Dream es igualmente fundamental, creando un sonido ambiental que se infiltra en la piel y potencia la sensación de peligro inminente.

Harrison Ford ofrece una actuación contundente, aunque, en cierto modo, reservada. Wilson es un hombre marcado por el dolor y la frustración, y Ford lo transmite con una intensidad silenciosa. La película no le da mucho margen para mostrar emociones, pero su mirada, su postura y su forma de moverse comunican la ira y la determinación del personaje. Los antagonistas, interpretados por Robert Duvall, James Garner y Jack Nicholson, son igualmente memorables, cada uno representando una faceta diferente de la crueldad y la corrupción de Los Ángeles. En definitiva, ‘El Halcón Inglés’ es una película que, a pesar de sus limitaciones técnicas, se mantiene como un clásico del cine de acción y un ejemplo sobresaliente del trabajo de Ridley Scott.

Nota: 8/10