“El hogar de Miss Peregrine para niños peculiares” es, en su esencia, una película visualmente deslumbrante, un metraje de fantasía que se alimenta de la nostalgia y del horror cósmico. Tim Burton, como suele ser su costumbre, regresa al cine ofreciendo un mundo particular, un universo de fantasía retro que inmediatamente atrae la atención y seduce al espectador. La dirección de Burton, con su paleta de colores vibrantes, sus diseños arquitectónicos imposibles y la constante presencia de una luz particular, crea una atmósfera única que, a menudo, casi se siente como un sueño febril. Sin embargo, la película no se queda en la mera estética; Burton busca evocar una sensación de melancolía, de pérdida y la eterna búsqueda de un hogar, un concepto que subyace a toda la trama.
La historia, aunque inicialmente puede parecer un cliché de aventuras de ciencia ficción juvenil, encuentra su fuerza en la evolución de Jacob Portman. Asa Butterfield ofrece una actuación convincente como un adolescente distante y enojado que, paulatinamente, abraza su propio pasado y su conexión con la extraña comunidad de Miss Peregrine. Su transformación, desde un joven resentido hasta un guardián de secretos ancestrales, es el corazón emocional de la película. El reparto, en general, es sólido. Tom Holland, en su papel de los niños peculiares, entrega interpretaciones memorables, mostrando una mezcla de inocencia, vulnerabilidad y una inquietante intensidad que no resulta gratuita. Rhys Ifans como Miss Peregrine ofrece un retrato agridulce de un hombre atormentado por su pasado y dedicado a proteger a sus peculiares alumnos.
El guion, aunque en ocasiones predecible, logra mantener el ritmo trepidante gracias a la mezcla de elementos de misterio, aventura y terror. La construcción del mundo, con sus reglas y sus peligros, es cuidada y permite al espectador sumergirse en la singularidad de la isla y su historia. El director de fotografía, Rob Simons Pearce, juega un papel crucial en la creación de la atmósfera, utilizando la luz y la sombra para generar suspense y resaltar la belleza surrealista del entorno. Las escenas de acción, aunque no son particularmente innovadoras, están coreografiadas con elegancia y se integran perfectamente en la narrativa. Sin embargo, a veces se siente que la película recurre un poco demasiado a la explicación, diluyendo el misterio que inicialmente la impulsa.
No obstante, debo reconocer que la película, en su búsqueda de la fantasía, a veces sacrifica la profundidad emocional. Las relaciones entre los personajes, aunque interesantes, no siempre se exploran con la suficiente profundidad, y la resolución final, aunque satisfactoria, carece del impacto emocional que se esperaría tras una historia tan compleja. La película se queda en la superficie de la tragedia familiar, sin profundizar en las consecuencias psicológicas del trauma. A pesar de estos defectos, “El hogar de Miss Peregrine para niños peculiares” sigue siendo una experiencia cinematográfica visualmente estimulante y con un buen ambiente, un entretenimiento que, sin duda, deleitará a los aficionados al cine de fantasía y al universo de Tim Burton.
Nota: 7/10