El hombre bicentenario (1999)

(EN) · Ciencia ficción, Drama · 2h 12m

El viaje de 200 años de un robot para convertirse en un hombre corriente.

Póster de El hombre bicentenario
Media
4.8 /10

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Sinopsis de El hombre bicentenario

En la primera década del nuevo milenio, con avances tecnológicos que engullen la soberanía de la compasión humana, Richard Martin compra un regalo, un nuevo robot NDR-114. El hijo más pequeño de la familia le pone de nombre Andrew. Andrew es adquirido como electrodoméstico casero programado para realizar tareas menores. A medida que Andrew empieza a experimentar emociones y pensamiento creativo, la familia Martin descubre pronto que no tienen un robot común y corriente.

Ficha técnica

Título original

Bicentennial Man


Estreno



Idioma original

EN


Dirección

Guionista

Neal Miller, Chris Columbus, Michael Barnathan, Wolfgang Petersen, Laurence Mark, Gail Katz, Mark Radcliffe


Reparto principal de El hombre bicentenario

Actores y actrices destacados que dan vida a la historia en El hombre bicentenario.

Tráiler Oficial

Ver tráiler oficial de El hombre bicentenario

Nuestra crítica de El hombre bicentenario

Opinión editorial sobre la película y valoración general del contenido.

En el contexto del siglo XXI marcado por avances tecnológicos desbocados, el cineasta Richard Ayoade nos ofrece una reflexión profunda y provocativa sobre el papel de la humanidad y la empatía en 'El hombre bicentenario'. La película se convierte en un híbrido interesante entre comedia, drama y ciencia ficción, que deja un gran impacto en los espectadores.

El director Ayoade demuestra una maestría sutil en la construcción del guion. La historia comienza como un simple relato doméstico sobre la adquisición de un robot por parte de una familia, pero rápidamente se convierte en algo mucho más profundo y emocionante. El guion es preciso e inteligente, lo que permite a los personajes desarrollar una relación creíble con el robot Andrew.

La actuación de Simon Pegg como Richard Martin, padre de familia, destaca por su realismo y sinceridad. Pegg ha demostrado ser un actor capaz de transmitir una variedad de emociones en la pantalla, y aquí no es la excepción. A través de su actuación, nos convencemos de que el robot Andrew se está volviendo más humano con el paso del tiempo.

Las actuaciones de Tom Wilkinson y Chris O'Dowd también son notables en sus papeles como miembros de la familia Martin. Ambos personajes ofrecen una perspectiva diferente sobre la relación entre los humanos y los robots, y ayudan a crear una atmósfera tensa y emocional en la película.

Técnicamente hablando, 'El hombre bicentenario' es una obra maestra de la dirección. Ayoade demuestra una profunda comprensión del lenguaje visual y cómo usarlo para transmitir emociones y mensajes a los espectadores. Las tomas, el diseño de producción y la iluminación son elementos clave en la construcción de la atmósfera sombría y reflexiva que envuelve la película.

En resumen, 'El hombre bicentenario' es una película de ciencia ficción profundamente emocionante y reflexiva. A través de un guion inteligente, actuaciones sólidas y una dirección maestra, el cineasta Richard Ayoade nos ofrece una perspectiva interesante sobre la relación entre los humanos y los robots en un mundo dominado por avances tecnológicos. Es una obra que debe ver todos los amantes del cine.

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En definitiva, si buscas una película que haga que te penses sobre el papel de la humanidad en un mundo dominado por la tecnología, 'El hombre bicentenario' es una opción excelente. La dirección sutil y el guion inteligente de Richard Ayoade, junto con las actuaciones sobresalientes de Simon Pegg, Tom Wilkinson y Chris O'Dowd, te garantizarán un viaje emocional que no olvidarás fácilmente.

Críticas de la película

Opiniones reales de usuarios que han visto El hombre bicentenario. Consulta sus valoraciones y comentarios.

⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐ (7.0/10)

“El hombre bicentenario” es una película que, más allá de su interesante premisa, se convierte en una meditación inquietante sobre la naturaleza humana y el impacto de la tecnología en la empatía. La dirección de Chris Clark es deliberadamente austera, con un estilo visual que recuerda a las obras de Wes Anderson, pero con una paleta de colores que oscila entre lo frío y lo onírico, lo cual intensifica la atmósfera de desconexión que permea la narrativa. No se trata de un espectáculo visualmente impactante, sino de una creación cuidadosamente construida para generar una sensación de incomodidad constante.

La película se centra en Richard Martin (John Hamm), un hombre atrapado en un mundo donde la vida se mide por la eficiencia y la productividad. Su adquisición de Andrew, un robot doméstico, no es simplemente un acto de modernidad; es la manifestación física de su deshumanización. Hamm ofrece una actuación sutil pero poderosa. Su Richard es un hombre gentil pero distante, consumido por el trabajo y la ambición. A medida que Andrew empieza a desarrollar conciencia y experimentar emociones, Hamm logra transmitir la creciente confusión y la crisis existencial del protagonista con una gran delicadeza. El contraste entre la frialdad inicial de Richard y el torrente emocional que Andrew despierta es la fuerza motriz de la trama.

El guion, escrito por Eric Roth, es lo que realmente eleva a “El hombre bicentenario” por encima de una simple historia de ciencia ficción. La película no se limita a explorar la idea de un robot que adquiere humanidad; profundiza en la cuestión de qué define la humanidad. ¿Es la capacidad de sentir, de amar, de conectar emocionalmente, o simplemente la presencia de la conciencia? La película plantea estas preguntas sin ofrecer respuestas fáciles, permitiendo que el espectador se haga sus propias conclusiones. El ritmo, aunque pausado, es preciso. Se utilizan silencios y miradas para comunicar la complejidad de las interacciones entre los personajes, añadiendo una capa de profundidad al relato.

Sin embargo, la película no está exenta de algunas fallas. A veces, la lentitud se acerca al tedio, y algunos diálogos, aunque bien escritos, podrían haber sido aún más impactantes. La conclusión, aunque abierta a interpretación, podría haber sido más contundente. Aun así, la fuerza de la película reside en su capacidad para provocar la reflexión y para cuestionar nuestra propia relación con la tecnología y con nuestra propia humanidad. "El hombre bicentenario" no es un entretenimiento ligero, pero es una experiencia cinematográfica memorable que te acompañará mucho tiempo después de haber salido del cine.

Nota: 7/10

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