El hombre de Mallorca (1984)

“El hombre de Mallorca” de Lasse Hallström es una película que, en primera instancia, puede parecer una comedia de enredos, un thriller ligero y entretenido. Sin embargo, al observarla con detenimiento, se revela una historia con matices más complejos, un retrato del poder y la corrupción que, aunque no siempre logrando un impacto tan contundente como podría haber sido, ofrece momentos de genuino interés y un suspense sutil pero persistente. La película se sirve de una premisa bastante audaz – dos policías escandinavos involucrados en un robo que les abre las puertas a la alta sociedad y la política – para explorar las profundidades de la moralidad y la complicidad.

La dirección de Hallström es, como es habitual en su filmografía, impecable. El ritmo es pausado, casi contemplativo, lo que permite que la tensión crezca gradualmente. La fotografía, con sus ricos colores y la atención al detalle en los escenarios mallorquines, es espectacular. Mallorca no solo sirve como telón de fondo, sino como un personaje en sí mismo, una isla de contrastes que refleja la dualidad de la situación de los protagonistas. La banda sonora, discreta pero efectiva, contribuye a la atmósfera de elegancia y misterio.

El núcleo de la película reside en las actuaciones de Stellan Skarsgård y Jürgen Habicht. Skarsgård, una vez más, demuestra su versatilidad al interpretar a un hombre aparentemente banal que, bajo la superficie, alberga un profundo sentido de la justicia. Su personaje, Peter, es un hombre cansado de la rutina y la hipocresía, y su cambio de actitud a medida que se sumerge en este mundo corrompido es convincente. Habicht, por su parte, aporta una presencia imponente y una mirada penetrante que le convierten en un antagonista memorable. La química entre los dos actores es fundamental para el desarrollo de la trama y añade un elemento de drama a la historia.

Sin embargo, el guion, aunque interesante en su planteamiento, a veces se siente un poco predecible. Algunos giros argumentales, aunque mantienen la intriga, carecen del impacto necesario para realmente sorprender al espectador. La exposición de los personajes secundarios es limitada y, a pesar de que interpretaciones sólidas, no se exploran a fondo sus motivaciones, lo que deja algunos hilos sueltos en la trama. La película también podría haber profundizado más en las consecuencias de las acciones de los protagonistas, aunque esto podría haber diluido el tono más ligero y cómico de la historia. Aún así, el punto central de la película reside en la evolución moral de Peter, y en cómo un hombre aparentemente mediocre se ve obligado a tomar decisiones difíciles.

En definitiva, “El hombre de Mallorca” es un thriller con suspense, adornado con un ambiente lujoso y unas buenas actuaciones. No es una obra maestra, pero sí un entretenimiento sólido y visualmente atractivo, que invita a la reflexión sobre la naturaleza del poder y los límites de la moralidad. Es una película que, más que sorprender, deleita con su ritmo, sus paisajes y su atmósfera.

Nota: 6.5/10