“El hombre sin pasado” es, en su esencia, una película de suspense con un elemento de humor negro que, a pesar de tener momentos de brillantez, no logra alcanzar la excelencia. La premisa – un ex-agente del gobierno, inmerso en una existencia solitaria y anónima, que se ve arrastrado a un peligroso conflicto de drogas y secuestros – es intrigante desde el principio. Sin embargo, la ejecución, aunque con ciertas virtudes, queda condicionada por una dirección que, en ocasiones, se siente un tanto desigual y un guion que, pese a tener algunas ideas originales, carece de la profundidad y el pulido que podría haberle dado un mayor impacto.
La dirección de Lee Sung-taek oscila entre escenas de tensión visceral, muy bien coreografiadas y con una notable atención al detalle en la construcción de la atmósfera, y otros momentos que parecen tomados a la ligera, casi con una actitud de “vamos a ver qué pasa”. Esto no es inherentemente negativo, ya que el tono general de la película es deliberadamente absurdo, pero la inconsistencia en el ritmo y la puesta en escena resta cohesión a la experiencia. Particularmente, el manejo de la acción, si bien es efectiva, a veces se siente un poco exagerada y poco realista, lo que socava la credibilidad de algunos momentos clave. Se echa en falta una mayor exploración de la angustia interna del protagonista, a pesar de que la interpretación de Kim Jae-kyung está bastante bien ejecutada.
Kim Jae-kyung ofrece una actuación convincente como Cha Tae-sik, un hombre atormentado por su pasado y que, contra todo pronóstico, se ve obligado a tomar las armas de nuevo. Su faceta de hombre vulnerable y cansado contrasta notablemente con la determinación y el coraje que manifiesta al defender a la niña y a su madre. Sin embargo, el personaje, aunque bien interpretado, queda un tanto plano y carente de matices. Se podría haber profundizado en su historia personal y en las razones que lo llevaron a adoptar ese estilo de vida aislado.
El guion, a pesar de la premisa original, se centra en la trama de acción y los momentos de suspense. Si bien el desarrollo de los eventos es entretenido y mantiene al espectador en vilo, carece de una narrativa más sólida. Los personajes secundarios son, en su mayoría, unidimensionales y cumplen su función sin aportar una mayor riqueza a la historia. El tema de la red de narcotráfico se aborda superficialmente, y no se profundiza en las consecuencias sociales y morales de la droga. Algunas de las situaciones, que podrían haber sido utilizadas para explorar la moralidad del protagonista y sus decisiones, parecen más artificiosas que genuinas.
En definitiva, “El hombre sin pasado” es un thriller de acción con algunos momentos divertidos y una buena dosis de suspense. No obstante, su falta de profundidad narrativa y la inconsistencia en la dirección impiden que sea una película memorable. Es un entretenimiento aceptable, pero no un triunfo cinematográfico.
Nota: 6/10