El infierno verde (2013)

“El infierno verde” (Green Inferno) es una película que, a pesar de sus ambiciones de provocar y generar controversia, termina siendo una experiencia cinematográfica incómoda y, en última instancia, frustrante. La película de Dante Ariiz señala a menudo su pretensión de ser una metáfora política sobre la destrucción del medio ambiente y la explotación de los pueblos indígenas, pero la ejecuta con una torpeza que resta peso a sus argumentos y desvía la atención de los espectadores hacia la incapacidad narrativa de la producción.

La dirección de Ariiz, en su primer largometraje, se muestra decidida a un estilo visual impactante, con escenas de exuberancia salvaje y momentos de violencia brutal. Sin embargo, esta estética, aunque visualmente llamativa en su primera mitad, rápidamente se vuelve repetitiva y casi estilizada hasta el punto de parecer una campaña publicitaria para la selva peruana. La película confunde lo impactante con lo significativo, presentando imágenes de horror que, en lugar de invitar a la reflexión, inducen una sensación de fatiga visual y un cierto cinismo.

Las actuaciones, en general, son irregulares. El elenco principal, compuesto por jóvenes talentos como Brenton Thorne, Michelle Forbes y Landon K. Carter, se esfuerza por transmitir la desesperación y el horror de sus personajes, pero la falta de profundidad en los personajes dificulta la conexión emocional. Thorne, en particular, intenta con valentía transmitir la confusión y el pánico de su personaje, aunque la historia no le da las herramientas necesarias para hacerlo de forma convincente. Forbes, como la líder del grupo, parece un tanto caricaturesca, y Carter, en el papel de un joven caníbal, ofrece una interpretación más inquietante pero aún no suficiente para redimir el resto del elenco.

El guion, sin duda, es el punto más débil de la película. Los diálogos son artificiales y poco creíbles, las motivaciones de los personajes son poco claras, y la trama se desenvolve a un ritmo lento y confuso. La abrupta justificación del canibalismo tribal se siente forzada y carente de desarrollo, convirtiéndose en un elemento perturbador que sirve más a la intención de choque que a la construcción de una narrativa coherente. Se intenta una crítica al capitalismo y a la desconexión con la naturaleza, pero el mensaje se pierde entre la exageración y la falta de sutileza. La película parece estar más interesada en mostrar la sangre y el horror que en explorar las causas subyacentes de la situación.

En definitiva, “El infierno verde” es una película que intenta demasiado y termina siendo poco efectiva. Su estética llamativa y su ambición de provocar no compensan sus defectos narrativos y sus personajes poco desarrollados. Es una película que, más allá de su valor como material de debate, deja una sensación de decepción y un sentimiento de que se podría haber hecho mucho mejor.

Nota: 4/10