El informe Pelícano (1993)

“El Informe Pelícano” es una propuesta intrigante que, aunque no alcanza la maestría esperada, ofrece un thriller político claustrofóbico y de suspense bien construido. La película, bajo la dirección de Michael Winterbottom, se adentra en una atmósfera de paranoia y desconfianza, explorando la corrupción y la manipulación política en el seno del poder judicial. La elección de Winterbottom para este género no es casual; su habilidad para generar tensión y un ambiente incómodo es palpable desde los primeros minutos, creando una experiencia cinematográfica que atrapa al espectador en una red de sospechas.

El guion, adaptado de la novela homónima de Fernando Trueba, presenta una premisa original y perturbadora: la creación de un informe anónimo que analiza las posibles causas del asesinato de dos jueces. La idea de este informe, y la posibilidad de que incida en asuntos delicados y políticos, es lo que desencadena una serie de eventos que convierten a la protagonista, Darby Shaw (interpretada por Rosamund Pike), en el objetivo de una persecución implacable. A pesar de algunos momentos de ritmo desigual, el guion mantiene una constante sensación de peligro, utilizando flashbacks y secuencias oníricas para fragmentar la narrativa y reflejar el estado mental de la protagonista, sumida en la incertidumbre y el miedo.

La actuación de Rosamund Pike es el corazón de la película. Demuestra una notable capacidad para transmitir la evolución de Darby Shaw, desde una joven estudiante de Derecho convencida de su integridad, hasta una mujer desorientada y desesperada. Pike logra que el espectador sienta su angustia, su vulnerabilidad y su creciente determinación de descubrir la verdad, incluso a costa de su propia seguridad. El resto del reparto, con actores como Mark Strong y Stephen Graham, complementa a la perfección la actuación de Pike, ofreciendo interpretaciones sólidas y convincentes que contribuyen a la credibilidad de la trama.

La dirección de Winterbottom, como anticipaba mi comentario inicial, es un punto fuerte de la película. Él consigue plasmar la desesperación, el aislamiento y la creciente paranoia de Darby Shaw a través de la fotografía y la puesta en escena. La película se beneficia de una paleta de colores apagados y una banda sonora inquietante que refuerzan la atmósfera de suspense. Sin embargo, la película no está exenta de defectos. Algunos diálogos son un tanto artificiosos y el ritmo, en algunos momentos, podría haberse optimizado. Además, la resolución final, aunque satisfactoria, podría haber sido más elaborada y ofrecer un mayor grado de profundidad analítica sobre las motivaciones de los personajes y las implicaciones políticas del caso.

En definitiva, “El Informe Pelícano” es una película recomendable para aquellos que disfrutan de thrillers políticos de suspense con un toque de intriga y un ritmo pausado. A pesar de sus defectos, la propuesta es original, las actuaciones son sólidas y la dirección de Winterbottom es notable. Es una obra que invita a la reflexión sobre la corrupción, la manipulación y la fragilidad de la verdad.

Nota: 7/10