El jefe (2005)

“El Jefe” (The Iceman) es una película que se mueve con una energía innegable, una especie de aceleración constante que refleja la desesperación de su protagonista y la urgencia de su premisa. Dirigida por David Manes, la cinta no es una obra maestra cinematográfica, pero sí una experiencia visual y auditiva convincente, que explota al máximo el potencial de su ambientación y sus personajes. La película se centra en Derrick Vann, interpretado con una intensidad palpable por Michael Fassbender, un agente encubierto que se enfrenta a la tarea casi imposible de recuperar armas robadas y detener a un grupo de criminales, todo ello con la presión del tiempo aplastando sus hombros. Fassbender logra transmitir la frustración, el cansancio y la creciente paranoia de un hombre que se encuentra en una situación límite, y su presencia es el núcleo de la historia.

La trama, aunque sencilla, funciona sorprendentemente bien gracias a la inesperada alianza entre Vann y Andy Fiddler (Ron Perlman), un vendedor de equipos dentales que se ve arrastrado a la maraña criminal. Perlman, como suele ser su costumbre, aporta una dosis de humor y ternura que contrasta fuertemente con la crudeza del entorno y las acciones de Vann. La química entre Fassbender y Perlman es uno de los puntos fuertes de la película, creando un dúo cómico y dramático que es a la vez divertido y conmovedor. La dinámica entre ambos personajes se desarrolla de forma orgánica y creíble, y su interacción es una de las mayores fortalezas de la película.

La dirección de Manes es notablemente efectiva. La película se siente visceral y real, gracias en parte a su enfoque en la acción y el suspense. Las escenas de persecución en las calles de Detroit son dinámicas y trepidantes, y la película utiliza el sonido de forma magistral para crear una atmósfera de tensión constante. Sin embargo, el ritmo a veces se siente un poco apresurado, y algunos diálogos podrían haber sido más elaborados. La película se concentra tanto en la acción que a veces se pierde en la caracterización de los secundarios, aunque aquellos que sí se destacan, como el villano, ofrecen actuaciones sólidas.

La banda sonora, compuesta por Trent Reznor y Atticus Ross, complementa a la perfección la atmósfera de la película, añadiendo capas de tensión y emoción. La cinematografía, con un uso efectivo del color y la luz, contribuye a crear un ambiente urbano y sombrío. En definitiva, “El Jefe” no es un blockbuster lleno de efectos especiales, pero sí una película de acción inteligente y entretenida que explora temas como la moralidad, la ambición y el precio de la justicia. Es una película que se queda contigo, te hace reflexionar sobre las decisiones que tomamos y las consecuencias que arrastramos. No es perfecta, pero merece la pena ser vista, especialmente si eres fan de las películas de acción con un toque de humor negro.

Nota: 7/10